Aparte algún lunar, como la simpleza de creer que el impuesto directo sobre la renta no es «en último extremo soportado por el pueblo consumidor. muy atendibles son las ideas económicas que expresa en su Mensaje Inaugural el señor Presidente de El Salvador. Con particular placer reproduzco las palabras que siguen. Piensan algunos que el momento sería oportuno para operar una evolución en el sistema monetario, adoptando el patrón de oro, el que por su fijeza y estabilidad, es garantía de crédito. Esa evolución podría realizarse en parte, convirtiendo a oro la reserva de las instituciones bancarias, a favor del cambio actual, y mediante el cobro de impuestos aduaneros en la misma moneda. Otros preconizan la necesidad de establecer un Banco del Estado, que venga a llenar las justa exigencias de la agricultura y del comercio, facilitando dinero a largos plazos y a un interés moderado. El arrullo en uso. Reconozco desde luego, la urgencia de aumentar el medio circulante, para que éste corresponda al volumen de los negocios actuales; pero si bien simpatizo con la idea de dar estabilidad a nuestro sistema monetario, NUNCA PATROCINARÍA LA CREACIÓN DE UN BANCO, SINO SOBRE LA BASE FIRME TANGIBLE DE LA EXISTENCIA DE LA RESERVA EN METÁLico. De otra suerte, las mejores perspectivas las puede destruir un porvenir incierto. Hablando de las listas de «libros y útiles» que son exigidos a nuestros escolares, recuerda un ilustre maestro, en La Información, la escuela de Tolstoi, donde «NINGUNO LLEVA NADA CONSIGO: NI LIBRO, NI CUADERNO. y donde nunca se impone a los alumnos «DEBERES QUE CUMPLIR EN SU CASA. yo subrayo. Cuán cierto, señor, que siempre son los que más piden los que menos dan!
Para mí, es regla segura que no he visto fallar ni una vez: cuanto más malo es el maestro tanto mayor es la cantidad de tareas para la casa y de libros y útiles requeridos.
Estaba yo una vez hace 40 años quitándole garrapatas a una vaca, cuando recibi de un peón una de las lecciones más fecundas que jamás haya recibido. Es tontera, me dijo, perder tiempo en arrancarle garrapatas a un animal, por fuera: al día siguiente está lleno otra vez. Las garrapatas se quitan por dentro: generalmente basta con darle a tomar a una vaca media onza de ipecacuana, cada tres dias. En ocasiones, una sola cura es suficiente. La ipecacuana cambia la sangre del animal, y las garrapatas se caen solitas. Once años más tarde, asistì en París a la revolución que hizo Pasteur 143 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.