EL CABRERO LA CABRA Para entrar al aprisco un pastor recogía el rebaño andariego de sus cabras, que hacían unas caso sus voces, obedientes y activas; las demás, remolonas, caminaban tardías; mas una, sobre todo, paciendo, entretenida, en la cañada honda, las tiernas hierbecillas, no se cuidaba mucho de tanta gritería.
El pastor, con certero infeliz pulso, tira vigorosa pedrada y rompe a la cabrita, de sus dos cuernos, uno.
Entonces. Buena amiga. suplicante la implora. Sin saber lo que hacía te he mutilado, injusto.
Del amo la avaricia conoces como yo; de tu callar mi vida bien puede depender; guarda silencio, pía, de mi fatal error. Si la evidencia brilla aqué es lo que puedo hacer?
Callarme yo podría pero mi cuerno roto más fuerte que yo grita. BABRIAS Babrius, Babrios o Babrias, vivió bajo Domiciano, según unos; en el siglo II, según otros. Publicó diez libros de fábulas en verso, casi todas de Esopo. El manuscrito de su colección fué hallado en 1844 en el Convento del Monte Athos, por Minoide Mynas, y publicado por el filólogo francés Boissonnade. El manuscrito pertenece al Museo Británico de Londres.
EREMITA 23 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.