Y a pesar de la lluvia, varios iban al puerto, ver saltar las olas sobre el muelle desierto; Cuando de pronto observa tu padre en lontananza Que contra los peñascos un bergantín se lanza.
Aquello fué un instante. Lo empuja el mar, y choca, roto allí en pedazos quedó contra la roca.
Desca así Pero Viento Que a Las o que «Un bote. grita al punto. Yo lo miré aterrada. en tanto que los otros le muestran la oleada, Que viene sobre el puerto rugiendo amenazante, Grita otra vez. Salvémoslos! Un bote. En el instante!
Un bote al mar! Un bote. Cobardes no seamos. seguían sus gritos. socorrerlos vamos!
Mi barca! Arriba! Es tiempo! Mi barca no ha temido Jamás las tempestades ni el mar embravecido, por eso Adelante la bautice. Salieron Todos al mar entonces. y nunca más volvieron.
Ir con salt Eson La ba Con Querí là Cuyo De pa hac Y un De tarde, en este invierno, y al bajar la marea, Hasta allá donde vese la espuma que blanquea, Ir me has visto abatida. Mas todo ha sido en vano.
Nada de entre sus olas devuelve el oceano. ese mar que a mis plantas expira en la ribera, De la barca no arroja ni una tabla siquiera!
De u Sobre Un ve Mare En la ¡El es «Alr Hijo: me prometiste no ser jamás marino.
Cumplirás tu promesa. Será otro tu destino.
El cura, que te quiere, te seguirá enseñando: Aprenderás las letras, luego a escribir. cuando Grande estés, serás cura. Pasará el tiempo aprisa.
Veré el día dichoso de tu primera misa; Yo misma pondré flores en el altar. Oh! cuánta Será mi dicha, lejos de este mar que me espanta. Calla el niño pensando sin duda en los chicuelos Que ve sobre chalupas y ágiles barquichuelos, En las azules aguas, desde que el día brilla, Caminar en la borda, bajar a la escotilla, Mientras que él no se atreve, ni nunca se ha atrevido, Un cable a atar siquiera. Cumple lo prometido. cuando terminada la lección de lectura, El viejo Silabario cierra de tarde el cura, le dice que es hora de que a jugar se vaya, A sal Mas Todo Ya. Sal No Pens: Nada Que De Que Se es a 120 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.