y parroquianos que vienen a Washington a desfogar sus pasiones y apetitos con el nombre de demócratas.
En cuatro de los Estados del norte hay más demócratas verdaderos que en todo el viejo sur. Esos demócratas auténticos no pueden someterse a la jefatura de hombres sin conciencia, de demagogos que no tienen más ideal que el del interés personal.
Le quedan aún algunos días al Congreso demócrata para perfeccionar y llevar a cabo su obra. Puede persistir en la creación de leyes tendientes a acabar con los derechos de los Estados y de los individuos. Puede reafirmar su inexcusable seccionalismo en lo referente a impuestos y contribuciones. Puede desarrollar en todo sentido una política despótica e insufrible. Puede tratar al norte como en el sur trata a los desgraciados negros.
Puede hacer todo lo que quiera; pero escribirá en la historia de los Estados Unidos el «Finis» del partido demócrata. De todas estas opiniones nos parece cierta la de Roosevelt. No han triunfado los republicanos. Ha triunfado el americanismo. En 1917, en esta misma revista, escribimos. La América Latina está más inclinada a creer que el pueblo americano piensa con Roosevelt cuando dice. No creo que éstos (los Tratados) nos perjudiquen en lo más minimo, pues en caso que comprometieran nuestros intereses NO LES HARÍAMOS CASO. Nos perjudicariamos MORALMENTE si faltáramos a un tratado, LO QUE SERÍA EL MENOR DE LOS MALES. más bien que con Wilson cuando declara que «tenemos que considerar tan inviolable y suprema la más débil de las Republicas del Caribe como el Canadá y la Argentina. Ha triunfado el americanismo. La América hispana, muy especialmente, debe tomar nota de esta opinión de Roosevelt. De Marzo en adelante, las generosas ideas del Presidente Wilson y sus propósitos serán rudamente contrastados en el Congreso de su patria.
El americanismo tiene mayoría en ambas Cámaras. Virtualmente está en el poder. no vale pensar que, muerto Roosevelt, el americanismo se modificará. Roosevelt no creó el americanismo.
Roosevelt fué producto natural de la conformación física, intelectual y moral de su país y su más genuino y concentrado exponente. La bandera del americanismo ha pasado a otras manos, menos brutales quizá, pero no por eso menos agresivas. La dirección del americanismo no cambiará de rumbo. El imperialismo alemán ha muerto; el 41 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.