cumba particularmente a esa nación reducir a la obediencia a los revolucionarios y bandidos que la infestan o infestaban. menos que no sea intervenir prestar ayuda a uno de los que contienden, sea espontánea y gratuitamente o a petición de uno de ellos. menos que no fuera tampoco asunto de la incumbencia particular de México la cuestión presidencial cuando Wilson puso su veto absoluto a la de Huerta, que dominaba la mayor parte del país, ocupaba su capital y hubiera acabado con la revuelta en corto tiempo sin la intrusión del Gobierno de Wilson y los auxilios efectivos americanos a los revolucionarios y bandidos. Como terció en el asunto de Pancho Villa a favor del Presidente Carranza, terció en esta ocasión en favor de los revolucionarios y bandidos contra el Presidente Huerta sin que nadie le hubiera solicitado su ayuda y sin que valga como prueba de su derecho a intervenir la buena intención con que intervino y el retiro de las fuerzas interventoras. La violación de la soberanía de México y de las propias doctrinas del Presidente Wilson no fué por eso menos efectiva. Esta contradicción entre las palabras y los hechos; esta manera de considerar la relación de aquéllas con éstos, tienen que producir y producen necesariamente gran desconfianza en la sinceridad de este predicador de doctrinas.
En esta revista no caben influencias de origen alemán ni de otro que no sea el de la verdad y la lógica con que se practiquen los principios. continúa el Presidente Wilson. Ahora bien, caballeros; sea como fuere, la influencia de los Estados Unidos se deja sentir ahora, y espero que así continúe por largo tiempo, en los negocios de todo el mundo, y se deja sentir, en mi opinión, porque las naciones menos poderosas han llegado a persuadirse de nuestro sincero deseo de prestar servicios desinteresados.
Somos los campeones de aquellas naciones que no tienen posición militar que pudiera habilitarlas para competir con otras más poderosas. después de este alarde de fuerza, que se deja sentir ahora, y espero que asi continúe por largo tiempo, en los negocios de todo el mundo, se queda uno pensando si esto es amenaza o promesa para un porvenir no muy distante. Porque aun aceptando sin regateos la sinceridad del Presidente Wilson, su politica es personal, no la de la Nación ni siquiera la de su partido, y ese tremendo poder que se deja sentir ahora en los negocios de todo el mundo, bien puede pasar mañana a las manos de un Roosevelt, que, con diferente y contraria politica personal, le haga sentir a todos los pueblos de la tierra y sobre todo a los que no tienen posición militar que pudiera habilitarlos para competir con otros más poderosos, el peso incontrastable de la nación armada por el Presidente Wilson, para fines enteramente contrarios.
Afirma el Presidente Wilson que los Estados Unidos se sentirian hoy avergonzados de abusar de sus vecinos en aquella forma 13 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.