riqueza o escasez de demanda de letras. Suele haber, en ocasiones, cierto desnivel ACCIDENTAL en nuestro cambio de productos, porque unas veces el país debe y otras le deben; pero al fin se compensa, porque ni allá nos regalan ni nosotros les regalamos. Lo cierto es que, en definitiva, la exportación de un país es igual a la importación. La balanza comercial es un miraje engañoso, si se toma la moneda como mercancía, como lo es. Cuál es el mal que resulta de que el oro americano se cotice a menos precio que el nuestro, como algunos lo temen? La verdad es lo contrario; todos los gobiernos tratan de valorizar su moneda. El cambio al 90 por 100 significa que con 90 de nuestra moneda se pueden comprar 100 en moneda americana.
Pretender el alza es pretender desvalorizar nuestra moneda en beneficio de la ajena.
No vemos el mal que resulta con la venida de billetes americanos, como algunos lo temen. Bienvenidos sean; como cualquier otro papel de crédito, ellos sufrirán las alteraciones del cambio consiguientes a la oferta y la demanda. En la Bolsa de Londres se cotizan la mayor parte de los valores fiduciarios del mundo, y, sin embargo, hasta ahora ningún inglés ha protestado contra ello.
La diferencia del cambio sobre los Estados Unidos, por ejemplo, depende, en parte, del valor real del billete americano; de tal modo que si un comerciante compra mercancías en los Estados Unidos y las paga en oro, se le tendrá en cuenta la diferencia que hubiere en ese pais entre el billete y el oro. Asimismo, nuestros productos vendidos en esa plaza, por moneda americana, alcanzarán esa misma diferencia, con lo cual los exportadores de este país acaso recuperen la pérdida experimentada al vender sus giros.
Por otra parte. cuáles serían los medios empleados para detener la baja? Si ella depende de la cantidad exportable y de las oscilaciones comerciales, habría que reglamentarlas oficialmente, cosa que ningún Gobierno puede ni debe hacer, aun en el caso hipotético de tener autorización legal y capacidad para llevarlo a efecto. Si, como se pretende, el Gobierno, para procurar el alza, comprara una gran cantidad de letras, sólo conseguiría el alza momentánea, pero el problema quedaría insoluble, porque con ello no se conseguiría sino la traslación de giros, pero la cuantía sería la misma. Los actos de autoridad en este asunto equivaldrían a ponerle puertas al campo, según la expresión bíblica. Los Gobiernos no deben ni pueden emplear sino medios indirectos al tratarse de la industria nacional, porque ellos no cultivan la tierra, ni fabrican, ni tampoco hacen el comercio.
En el editorial de «El Tiempo» número 2576 se lee lo siguiente. Comprende el doctor Araújo todos los perjuicios que puede II Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.