Escrit lector, con En cuanto No sabe propia. El est ideas y elevados la libertad cambia de lugar, de pueblo, de espíritu, pero no perece jamás. Cuando se la cree muerta, no ha hecho sino subir o bajar unos cuantos grados del ecuador. Ha abandonado un pueblo caduco para ir a preparar los destinos de un pueblo que nace, y de súbito aparece cabalgando sobre los acontecimientos humanos cuando se la creía olvidada para siempre.
Había, pues, en tiempo de Tácito, otros hombreshombres nuevos que, en una lengua que les era desconocida, laboraban, como él, en la restauración de la dignidad humana y hacían por la libertad de conciencia, principio de todas las otras, mucho más de lo que por ella habían hecho los oradores, los filósofos, los poetas y los historiadores de los tiempos pasados. Ya no se llamaban Demóstenes o Cicerón, Platón ni Zenón, ni hablaban a un solo pueblo desde las alturas de una tribuna ilustre, pero aislada. Llamábanse Justino el mártir, Tertuliano de Africa, el Obispo Atanasio, y su palabra y sus escritos se dirigían a todos los puntos de la tierra: literatura universal que pretendia a la fundación de una sociedad más vasta que el imperio romano; literatura viviente aún después de diez y nueve siglos de existencia.
LACORDAIRE ¡Hay cierto, no talizado, trás del o los que de la ide ella venc fuerzosc miento; e polar en que pierc Más pueblos para el «CLARIDAD CONCISIÓN: hé aquí las dos condiciones que debe reunir el escritor público. Si le falta la primera no se entiende lo que dice, todo es confusión; si la segunda, pueden perderse los conceptos entre el follaje del estilo y aparecer como desleídas las ideas. Claro está que cuando no se conoce la lengua en que se escribe, es imposible llenar esas dos condiciones, porque, ignorando la exacta significación de las palabras, no se las puede usar propiamente. Pero aún conociendo la lengua, es imposible explicar con claridad ideas mal definidas en la mente, correspondiendo siempre la confusión y vaguedad de los conceptos a la confusión y vaguedad de las ideas.
La por la u común porque e interés suelve. 8 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.