Al viejo, solamente una cosa suele entristecerlo con frecuencia, la idea de la proximidad de la muerte. Esta tristeza es compartida por todos, creyentes y escépticos, y da, por cierto, la medida de lo que valen las convicciones religiosas relativas a la inmortalidad personal.
El aburrimiento sin motivo visible es propio de la juventud. un hombre serio mayor de 40 años, se le halla a veces triste por algo que él sabe bien o cansado por un trabajo anterior: nunca he dado con uno aburrido indeciblemente, sin motivo preciso, en la forma en que lo están tantos muchachos en dia domingo.
Lo que más podría molestar al anciano, el ruido, se amortigua en los oidos insensibilizados por los años.
Sordera de la vejez, bendita seas! sea bendita también la presbicia que nos obliga a mirar de lejos.
De este tema hablaba hace poco con un artista de mi edad, con quien me encontré casualmente en una altura de las afueras; y como él se mostrara enteramente de acuerdo, aproveché la ocasión para terminar una batalla tiempos ha comenzada. Ya ve, le dije, por qué no me asusta a mi la especialización. salvo en las escuelas de y 24 enseñanza, en donde toda especialización es correlativa de una atrofia. esta hora, después de tanto reñir, comenzamos a ver casi lo mismo. Así, desde esta altura, abarcamos horizontes que no difieren sino en cuanto difieren nues.
tros ojos: en muy poco. El camino por donde hemos llegado, no importa. Estando, como toda ciencia, por encima de los puntos cardinales de la filosofia de la conducta, la politica es amoral. La politica, al abandonar el terreno abstracto y entrar en el de la práctica, tiende hacia el engrandecimiento y éste, por desgracia, no siempre es una cosa moralmente buena. Es la grandeza la finalidad de toda nación sabia y de todo partido sano. La nación y el partido que olvidan que su deber es engrandecerse (lo que significa que es también su derecho. marchan irremediablemente a la muerte. La finalidad de toda nación sabia y sana es el engrandecimiento. Este no es siempre moralmente bueno; pero constituye un deber y un derecho.
La politica es amoral. Quién dice estos disparates. un alemán? No, el escritor colombiano Pedro Sondereguer, en el lugar de honor de la revista Nuestra América, de Buenos Aires, en noviembre de 1918. En el mismo articulo nos asegura dicho escritor que su patria está en via de pleno engrandecimiento. Pobre América nuestra, cómo te desacreditan. Habrá de veras niños que sufran por falta de juguetes? Yo no los conozco. No he visto un niño que no sepa hacerse sus juguetes a expensas de los objetos a su alcance.
Yo solamente conozco niños que sufren por sobra de juguetes.
Una vez que se habitúa a un niño a los juguetes de almacén, ya nunca más está satisfecho: como los hombres grandes, cuanto más posee, más desea. Cada novedad que se exhibe en las ventanas es nuevo sujeto de aflicción. será moral eso de no enseñar a los hombres, desde niños, a querer lo que tienen cuando no tienen lo que quieren?
Son los juguetes comprados cosas necesarias, como el pan y la luz?
Las reparticiones de juguetes a los niños POBRES que carecen, pues, de las cosas necesarias me parecen a mi pura. juguetería.
431 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.