periencia tra rela único ab todo es nas cuan primer LASI NC alcazar a esas tres formas de actividad todas las energías de su vida, haciendo dejación de sí al renunciar a las demás satisfacciones y placeres de que gozan los aficionados a teatros, hipódromos, paseos, saraos y demás esparcimientos que hacen florida la existencia, pues puede decirse que Bunge jamás se bañó en las vanidades y deleites de la vida.
ERNESTO QUESADA los escritores argentinos no los estimaba gran cosa. Algunos le fastidiaban sinceramente: entre ellos, Almafuerte. Consideraba al poeta de Lamentaciones como un compadrón de la literatura. Sobre Lugones hemos discutido infinitas veces; jamás encontró buena una página del poeta de Las montañas del oro. Creia que la literatura de Lugones y su influencia eran cosas detestables, que debían ser extirpadas, y hubo una época que tomó como tema a Lugones, dando sus juicios rotundos hasta en las clases de la Facultad de Derecho.
MANUEL GÁLVEZ ¿Fue acaso el doctor Bunge un filósofo? Ante este interrogante, sus propias palabras parecerían respondernos. En el continuo devenir y progreso de la inteligencia humana la idea filosófica ha terminado por desprestigiarse a su vez para ser reemplazada por la idea netamente científica. Esta última, mucho más modesta que las anteriores, se ha contentado con estudiar las causas eficientes de los fenómenos. En trance de protestar contra la filosofía, nos confiesa su posición filosófica. Quiere significarnos su protesta contra todo sistema metafísico, contra todo subjetivismo, para entregarse de lleno en brazos de la ciencia. En el más positivo de los sistemas de filosofía moderna, el de Spencer, coexisten tres reinos: el de lo inorgánico, el de lo orgánico y el de lo incognoscible. sic. Pero a pesar de calificar como el más positivo al spencerianismo, no lo acepta sin grave reparo. Para Bunge, ni la especulación ni la observación tienen un sentido absoluto, de hecho se combinan, prevaleciendo una u otra alternativamente en los diversos sistemas. «hasta ahora no se han llegado a equilibrar, acaso por el insuficiente poder mental del hombre. pesar de todos sus distingos, no puede negarse que Bunge sigue la escuela positivista moderna. Porque sostiene el predominio de la observación y el menosprecio de las ideas. Sin embargo, nos dice, nada existe en la especulación que no provenga directa o indirectamente de las percepciones de nuestros sentidos. Máxima que no difiere fundamentalmente de esta otra, que llegó a tener, en Bacon o Locke, en la filosofía de la experiencia, el valor de un axioma. Todos nuestros conocimientos vienen de la exCu: y repet to efec pre en bierta, Er piedad turalez es por son la manera este o rre in por ej este ce leyes los un de los la pague matar.
ocurri un cri el imi todo que e socied 420 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.