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cerla? far, es principio pero res gen y de (Traduc soltera, entrada en años y muy de la casa de Dios. Cerca de la puerta estaba la mesa con las frutas; detrás había una banca dura y lucia, en que aprendian a leer y rezar y comerciar algunos niños del barrio, machos y hembras, según el modo primitivo de co instrucción y co educación. Sentado en esa banca, una tarde, siendo ya alumno del Instituto Universitariovecino de la venta y de muy mala fama en las sacristias. recibi de la maestra frutera la siguiente explicación de por qué eran los alumnos más descreidos del colegio precisamente los más formales y aplicados. Es que el incrédulo está condenado, me dijo, y al condenado no necesita tentarlo el Diablo. Asi hacia ella justicia al único grupo de muchachos que no le habían quitado una fruta ni la habían molestado nunca con bromas pesadas.
Años después, en Francia, chanceando con una pianista que se habia propuesto convertirme, como le señalara yo el caso de tantos hombres virtuosos y sin creencias sin creencias católico romanas, se entiende. oi algo muy semejante a lo de la maestra costarricense, pero con este curioso aditamento. la sociedad en conjunto le conviene, pues, terrenalmente, que sus miembros estén condenados de antemano, porque no hay bondad más segura que la bondad por falta de tentación; pero, a cada uno de estos miembros, por separado, no le conviene la eternidad de llamas que le aguarda. Pues bien y aquí queria llegar estas sencilleces me parecen ahora más en su puesto que la sentencia de don Mariano Ospina (V. Eos, 95)
relativa a cierto tipo de ateo materialista. para quien la justicia es palabra sin sentido» y que conserva, no obstante, su dignidad, porque. educado en los principios de la fe, adquirió hábitos que han sobrevivido en el a las ideas que los engendraron. Adviertase de paso que don Mariano Ospina no revela haber sabido: que hay arrodillados ante los altares de sus templos millares de verdaderos ateos materialistas; que hay materialistas que no son ateos y que hablan del hombre como del rosal, suponiéndolos creados y gobernados, el uno y el otro, por un Dios que no es hombre ni rosal; que hay materialistas que no son ateos ni teistas, llamados materialistas porque no afirman nada que no se pueda demostrar experimental o lógicamente; que hay espiritualistas justamente los más puros, los logarquistas que son ateos francos; y, por último, que hay un grupo enorme de espiritualistas los panteistas que son ateos sin confesarlo, puesto que, para ellos, Dios es todo y todo es Dios.
Pero esto no viene al caso. Lo que yo preguntaría a un Ospina es: primeramente, como explica él la dignidad en los que no han sido educados nunca en los principos de su fe; y, luego, cómo puede conciliar la idea del libre albedrío y de la consiguiente responsabilidad, con la idea de un determinismo espiritual dos palabras que riñen juntas que hace a un individuo proceder, en las cosas más nobles y dificiles, automáticamente, en virtud de Hábitos adquiridos en la infancia.
Señor, si hábitos adquiridos en la infancia bastan a hacer de un hombre un santo durante el resto de su vida, en contra de sus principios religiosos actuales, demos buenos hábitos a los niños y no nos inquietemos por otra cosa.
Cabe mejor dentro del catolicismo aquello de la bondad por falta de tentación que esto de la dignidad mecánica e irreflexiva en un hombre que por lo demás se muestra inteligente, reflexivo y virtuoso a toda prueba.
Que hay dentro del mismo catolicismo otros modos de ver, liberales y serios, bien lo sé: testigos el eminente jesuita Castelein y el admirable cardenal Mercier. De ellos hablaré tal vez en otra ocasión para probar que la moral. regla de conducta. puede establecerse, como la buena filosofia, por el método de las ciencias positivas, y esto sin herir creencias o sentimientos religiosos. esta luch cando to suscitano de conch cosa muy Ahoi glas pos crítica y siempre París, El es de cualq sí mismo Sea Bac proponei compreni 398 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.