Violence

Internaci de sus Respetad el pasado en la justa medida de sus méritos, pero no lo confundáis con el presente ni busquéis en él los ideales del porvenir: no es verdad que todo tiempo pasado fué mejor. Mirad siempre adelante, aunque os equivoquéis: más vale para la humanidad equivocarse en una visión de aurora que acertar en un responso de crepúsculo. no dudéis, que otros, después, siempre, mirarán más lejos; para servir a la humanidad, a su patria, a su escuela, a sus hijos, es necesario creer firmemente que todo tiempo futuro será mejor.
Arreglo de Elias Jiménez Rojas.
Si nombre más just el título siglos, ha tancias favorecic La para ser No es la ba diariame honda so años, ant El Tratado con los Estados Unidos y algunas opiniones de Mr. Huntington Wilson II «N en la pr vación Por ninguna tual o la justici lealtad Si mismo, bación insuficie Mr. Olney, ilustre Secretario de Estado en la Administración del Presidente Cleveland, decía (y lo mismo, y algo más explícito y enérgico, dijo aquel Presidente. En realidad de verdad, los Estados Unidos se han apropiado de hecho el Estado colombiano de Panamá, alegando y esta es la mejor justificación que las circunstancias permiten que obraban como anatarios de la civilización. Pero si se admite que los Estados Unidos tuvieron mandato de la civilización para secuestrar el suelo colombiano para una obra pública, debe también admitirse que han tenido mandato de la civilización para que Colombia sea debidamente indemnizada. De otra manera, la civilización apareceria como una entidad tachable e inadmisible, enteramente incapaz de comprender las más elementales reivindicaciones de la justicia, etc. etc. of pág. 421. Agregue el señor Wilson lo que otros eminentes americanos han denunciado con indignación: la fuerza y la violencia en la sorpresa con que se atropelló a Colombia, en estado de paz absoluta y de cordiales relaciones y con violación escandalosa del Tratado de 1848; la venta de la guarnición; las tenebrosas confabulaciones de Washington, dirigidas por un judío europeo, con los traidores de Panamá; los pagos en dinero americano y, por último, la apresurada concurrencia de los seis acorazados de los Estados Unidos, y comprenderá cómo el tal «mandato de la civilización sin un Tratado, siquiera a posteriori, que le de alguna sombra de legalidad, es un simple refrán o apotegma enrevesado que induce al concepto, no de una civilización representada por la Comunidad Nos ción de tores de nas, o cc en la tri que sea (Di Nota lo saltam tar los ca Lo único causa 11 bierno, e ra lanzac 394 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.