las semi externas (carga del vientre, carga de la vejiga, etc. Estas excitaciones provocan los ensueños, desde los ensueños pesados (pesadillas) hasta los ensueños ligeros, vagos y placenteros.
Cuanto más ralos sean los ensueños, mejor es el sueño.
Ni el cansancio ni la somnolencia son simplemente proporcionales al trabajo del órgano o a la vigilia del organismo. Su aumento sigue una proporción geométrica.
Así. tomando un ejemplo para el cansancio. si pico leña con el brazo derecho durante una hora o durante dos, el cansancio en el segundo caso no es simplemente doble que en el primero: es mucho mayor.
Un individuo que marcha unas ocho horas seguidas, se cansa casi tanto en la hora octava como en las dos y media primeras horas juntas.
Por consiguiente, el RENDIMIENTO del trabajo orgánico, a igualdad de máquina y de condiciones, depende de la repartición de los intervalos de reposo. Hay que saber descansar. esta ley abarca lo mismo al cerebro que al dedo del pie. hay que saber dormir. La ley de la somnolencia es muy semejante a la del cansancio. Considerando, gr. dos vigilias diversas únicamente por su duración, una de horas y otra de io horas, el sueño que corresponde a la segunda no es simplemente el doble que el de la es mucho mayor.
Por regla general, los costarricenses no comemos bien; pero dormimos peor. Ni dormimos un número de horas suficiente, ni dormimos con la quietud apetecible. En el mejor de los casos, tenemos que hacer la parte de las pulgas, de los «zancudos. de los grillos (cuya música es tan irritante para ciertos pacientes. de la lluvia sobre el techado metálico, etc.
Aproximadamente, puede decirse que una persona de edad y estatura medias, que trabaja horas por día, debe dormir otras horas, si lo ha de hacer de noche y sin interrupción (9 a a. Los menores deben aumentar la dosis; pero yo no pienso mucho en ellos en este momento. Si hubiera de aconsejarles algo, me limitaría a darles este precepto: duerman cuanto les pida el cuerpo, aunque rabien sus maestros: lo que está formalmente prohibido para ustedes es ir sin sueño a la cama o permanecer en ella despiertos.
Las personas obligadas a trabajar más de horas al día (boticarios, panaderos, marinos, enfermeros, policiales, militares en campaña, etc. han de tener muy presente que, en virtud de la ley de la acumulación de la somnolencia en progresión geométrica, la noche entera no es bastante para su sueño, y que, por tanto, su horario de trabajo debe entrecortarse con una o más horas de sueño diurno.
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