palabra; se envuelven las intenciones propias en un profundo misterio y luego bruscamente, de improviso, se salta como el ladrón en las tinieblas.
ALBRECHT WIRTH Tal era el pensamiento alemán en 19141 El sueño No voy a definir científicamente el sueño, porque no puedo.
Todos lo conocemos, y ello basta para este artículo. Todos hemos dormido profundamente y a medias, y sabemos que entre el estado de vigilia y el de sueño completo, reconfortante y sabroso, hay una serie incontable de intermediarios. Lo cual no nos sorprende. Somos un mundo complejo de actividades fisiológicas, una orquestación de instrumentos diversos, cuyas tonalidades, cuyos papeles varían constantemente.
Un órgano que trabaja, se transforma, se gasta químicamente y se envenena con los productos de desgaste. El envenenamiento se manifiesta con el dolor que llamamos cansancio.
Cansado equivale en fisiologia a envenenado por las sustancias que uno mismo ha producido. Cansado no quiere decir agotado.
Esta idea del cansancio no es una suposición: corresponde a una experiencia fácil de repetir. Para sentir el cansancio del que ha picado una carga de leña, por ejemplo, basta una inyección de sangre tomada de quien está cansado de picar. Experimentos semejantes, variados, han sido hechos cientos de veces durante los últimos 25 años, conduciendo siempre a igual convicción.
Las sustancias producidas por el funcionamiento normal de los órganos, pueden agruparse en dos clases, que llamaré y B, según su actividad tóxica.
Las del grupo A, las más activas, las que obran enérgicamente aun estando en pequeñísima masa, son propiamente las que provocan el cansancio. Para que la salud persista, urge que sean rápidamente barridas del lugar de producción y llevadas por la sangre a las glándulas encargadas de neutralizarlas o transformarlas en venenos menos ofensivos, que puedan permanecer mayor tiempo en el organismo sin paralizar su vitalidad. este barrido provee el acrecentamiento de la circulación en todo órgano que trabaja.
Pero no se vaya a pensar que estas sustancias, cuya acumulación sería desastrosa, no presten grandes servicios durante su efímera existencia. Deprimen o contrarían la función a que deben su origen, 345 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.