las dos ocasiones, en el espacio de medio siglo, en que los alemanes han puesto fuego a Europa, han coincidido con grandes crisis solares. La guerra de 1870 tuvo verificativo poco después del gran máximo de actividad solar, que comenzó en 1867; la de 1914 no ha seguido muy lejos las convulsiones eléctricas del sol, en los últimos años.
Mucho tiempo antes de 1913, después de Agadir y de Marruecos, los espíritus avisados sentían que la guerra se respiraba con el aire.
Si mi tesis es exacta, la ciencia habrá demostrado una vez más a qué nivel moral conduce «la Kultur» alemana.
ABATE TH. MOREUX En cuand minab meten damer partid de pud de gel funda (Tan ¡Y todos trozos duran hacer critas nenta una u ¡Memento!
La guerra militar habrá terminado. La otra, no Todo lo que se escribe ahora y se dice de la guerra, que es un gran azote, todo esto es verdad. Pero se debería también considerar cuánto mayor es el azote del cual nos defendemos por medio de ella. En suma, no hay que ver en la práctica de la guerra cómo se estrangula, cómo se quema, como se combate y qué conducta se observa: esto es lo que hacen los ojos limitados y simplistas de los niños que no consideran al cirujano más que cortando una mano o aserrando una pierna, sin ver que es necesario hacer esto para salvar el cuerpo entero. Del mismo modo, basta mirar con ojos viriles la función de la espada y su acción terrible para comprender que es una tarea divina en sí y tan útil, tan necesaria a las gentes, como comer y beber. LUTERO.
necesi cursos la fue Die Si nocer esfuer guerra consi dos co condu sus de les su Lo que nos falta, aquello de lo cual muchos alemanes deploran dolorosamente la ausencia en nuestra política exterior, no son medidas nuevas, sino un poco más de temperamento y de aplomo. Nos convendría un gobierno que, en vista del abuso público y funesto que se hace de la palabra paz, pusiese esta palabra fuera de circulación por algún tiempo. FRIEDRICH LANGE.
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