de de sí yo, el ganza el pec nes, venga Pero cómico para verdad inmort de la calami ¡D exaspe sino que él simpatías desde el primer momento. Se las ganan porque son generosos, y porque nosotros somos un poco egoístas.
Hamlet y Don Quijote, aquél en la Universidad de Wittemberg, éste en los libros de caballería, han aprendido en los ejemplos de los hombres que se sacrificaron por los hombres a amar sus hazañas y a intentar emularlas. nosotros les queremos desde el primer momento porque Don Quijote se propone realizar «el bien de la tierra. porque Hanilet se muestra fiel a la memoria de su padre, el Rey noble y glorioso, y zahiere la ingratitud de su madre con el apóstrofe. Fragilidad, tienes nombre de mujer. En materia de idealistas sólo odiamos a los que, en vez de redimirnos por medio de la dádiva, levantan las espadas contra nuestra iniquidad, aunque éstos sean quizá los que realicen la mayor suma posible de bondad: En cambio, como dice Próspero Merimée en su estudio sobre Cervantes. Se escucha con gusto al orador que celebra las glorias militares: sobre todo si no se trata de acompañarle al asalto de una batería. Ya determinada esa corriente simpática hacia ambos personajes, las emociones del lector o del oyente son precisamente opuestas en la novela y en el drama. En la obra de Shakespeare, el público, al colocarse de parte de Hamlet, le excita a realizar con diligencia su obra dejusticia. Hamlet es joven, príncipe, sabio, buen tirador. El pueblo de Dinamarca, que adoraba en su padre, está dispuesto a seguirle. Cuándo comienza a obrar. se pregunta el auditorio. Hamlet, al volver de Dinamarca, averigua que el Rey Claudio asesinó a su padre para casarse con su madre «antes de que se enfriaran los manjares. con que hubo de celebrarse el funeral.
La sombra del muerto dice al Principe. La serpiente que mordió a tu padre, hoy ciñe Corona. el público se pregunta. Cuándo se venga Hamlet. Cuándo se venga? La venganza es justicia, porque el Rey nuevo, un perdulario entregado al alcohol, deshonra y desmoraliza al reino. Pero Hamlet, en vez de blandir la espadą vengadora, escribe sus pensamientos en su libro let? dor.
Hamle El Pri se mu envain ¡No. Ofelia Hamle divina qué e hacer mi pad y la catástr la Rei y Gui mecido quinto más 292 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.