Hace unos 20 años, cuando se decía de un niño o de un jovencito «que era nervioso. el dicho sonaba a elogio. Ser nervioso consistía en ser esclavo de una emotividad indirigible e ingobernable, saltar al menor ruido, reir o llorar por naderías. El dominio de sí mismo no era entonces algo que se buscara; al contrario, se tenía a honor el sentir violentamente y el manifestar con aspavientos, lo que se sentía, y más cuando fuese dolor.
Todavía hoy, no es muy raro oir a una madre decir de su hija, casi con gusto. Es tan nerviosa, tan impresionable! Procuramos evitarle todo espectáculo penoso. el luto ha entrado en la casa, y las penalidades. y tristezas han amargado los días de los buenos padres; pero a la niña se le ha disimulado todo, sin dejarla iniciarse en lo que es la pasta misma de la existencia. esta niña habrá de ser a su vez es el voto ardiente de la madre, dentro de uno o dos años, esposa y luego madre también. Cómo no han de ser catástrofes tantos matrimonios!. Han sido y son así ciertas educaciones, muy librescas y poco experimentales, inspiradas en un falso ideal: el de volar. La ponderación se queda para los que no tienen alas. Volar! No empeñarse en cosas materiales, crearse una atmósfera ficticia de ideas imprecisas, de utopias azules, que recaen en copos sobre quienes las han creado o acogido, algodonándolos en su egoísmo o, mejor dicho, en su debilidad.
Sí, debilidad es la palabra. Adaptarse no significa someterse a las condiciones en que se encuentra uno colocado: adaptarse es conquistar dichas condiciones y hacerlas servir, sean ellas las que fueren, a la más alta expresión de la propia personalidad. de Un Eremita templo; mentale convirti Ide las. Al verifica cia y rren lo toria, in ELENA MOREAU la lógie si esc el equi duce u Trad.
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