cer su in franco ba rrón o P: belión cc contra él pero no bra al di intencion piscencia y para cinismo.
La la prensa pleito, cuando abundan en él bufete de los rábulas. ingenieros civiles, constructores y arquitectos sin trabajo, mientras que gentes extrañas a esas profesiones administran ferrocarriles, dirigen las obras públicas, construyen carreteras, levantan edificios y se hacen ricas, aunque ferrocarriles, carreteras, acueductos, edificios públicos y casas particulares anden o queden como deben andar y quedar las obras de la impericia mantenida por el favor?
Hay, sin embargo, un lugar en donde la sinceridad es necesaria y sin la cual no se va a parte alguna: la prensa. Cuando la revista o el diario carecen de ella, su labor es nula, a menos que sean productos mercantiles, en el cual caso no merecen el nombre de prensa. Como no se llama cátedra, tribuna o púlpito la mesa en que se encarama el vendedor al martillo de mercaderías de desecho. La revista, el diario, la prensa debe tener una personalidad moral bien definida. Los diarios tribuna libre más son columnas de Pasquino o tablones de avisos que prensa, y causan mil veces más daño a la sociedad que el libre expendio de sustancias nocivas a la salud. En ellos, las miserias del hogar ajeno, el escándalo diario servido en detalle, la mentira sensacional e interesada, la defensa sucesiva y a veces simultánea del pro y el contra, el aplauso incondicional a quien lo paga o lo impone, la insinuación maligna contra el competidor, el chantage contra los anunciadores. la farsa odiosa y libertaria de quien nada tiene que perder, si no es dinero, constituyen el más eficaz vehículo de desmoralización de las costumbres y de perversión intelectual. La ley del pensamiento escrito o hablado es la verdad, como la de las acciones, la justicia. Palabras y obras que se salen de esis normas o van contra ellas, son pecados, y si dañan a la sociedad o a terceros son delitos.
Pero se dirá que esa prensa, al proceder así, también es sincera. Lo sería si no pretendiera encubrir todo su fango con el barniz de los intereses generales, del bien público, y no invocara para escudarse el derecho de ejery del tri cios des hombre los vicio duran y en tud, nec duda, vil ésencial lo que se también NUESTRAS Fue Dem seres ex por enci pueden, vivencia los cans que no 270 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.