zón Impersonal, recogen estas y otras cosechas de desgracias.
Sin embargo, si no podemos ni desencadenar la guerra ni decretar la paz, podemos en cambio organizar la sociedad para la paz o para la guerra.
Pero este problema no es de orden experimental. Las experiencias de los pueblos han sido siempre catástrofes.
En el dominio moral hay que determinar a priori lo que debe ser y lo que no debe ser para que el orden reine.
No se le ocurriría nunca a un hombre de juicio construir sin plan, a puro tanteo, una máquina algo complicada, un automóvil o un telégrafo. este plan no podría establecerse sin conocer los principios elementales de la física y de la mecánica. el conocimiento de estos principios no puede adquirirse sin matemáticas.
La cuestión social es, pues, la siguiente. Podemos formarnos un plan. Tenemos un punto de partida. Verdades demostradas de una manera tan lógicamente irrefutable como los teoremas de geometría?
Si, en el dominio mecánico, conocemos la naturaleza de los materiales que usamos, conocemos igualmente la naturaleza de los elementos que componen la sociedad. Conocemos la naturaleza del hombre. Sabemos si es libre, si es capaz de escoger. Es libre o es el juguete de una voluntad todopoderosa o el maniquí de un determinismo puramente físico o el de un fatalismo panteísta que se dice espiritual? a suponer que el hombre sea libre (para mí no es ya suposición, es verdad demostrada. cómo distinguirá entre lo que debe hacer y lo que no debe hacer. Por el razonamiento, que es esencialmente egoísta, que lo refiere todo al yo. Bien. Pero cómo distinguirá un razonamiento bueno de un razonamiento malo?
Este es el problema. Mientras no se le haya resuelto, todos los esfuerzos intentados para el advenimiento perenne de la paz por meritorios que sean desde el punto de vista individual, no constituirán más que una agitación vana o nefasta.
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