La paz zón Im gracias.
Sin rra ni socieda Pero experie En el debe se No: truir sir cada, u establec física y cipios Lad Todo el mundo aspira a la paz y todo el mundo contribuye a la guerra.
Son muy pocos los que no desean la paz. Aun los grandes conquistadores los Napoleón, los César, los Alejandro el Grande no han considerado la guerra sino como el medio de obtener la paz. qué debe atribuirse esta oposición entre los resultados obtenidos y los deseos expresados?
Nunca nos ha pasado por la cabeza la acusación contra los pacifistas de insinceridad, duplicidad o hipocresía. Estamos convencidos de que sus intenciones son buenas. pero el Infierno está empedrado de buenas intenciones.
Así pues, si la buena fe no puede ser puesta en duda, no queda otra explicación que la de la ignorancia. El fracaso en la acción revela un error en el razonamiento. el error que se ha cometido es el de creer que se puede decretar la paz, o sea, que ella puede resultar de tratados internacionales, de Congresos interparlamentarios, de tribunales de arbitraje. No se decreta la paz, como no se decreta un eclipse de sol o la hora de la marea. el mismo error se manifiesta también en la idea de creer que está en las manos de alguien el desencadenar marnos des den ble com Si, de los naturale ¿Conoce ¿Sal o es el niquí de talismo a ya supo entre lo la guerra.
que lo Ni las guerras ni las revoluciones se hacen: se sufren: son el resultado inevitable de una mala organización social, esto es, de una organización que no está en armonía con las leyes del orden. Las sociedades que no han sabido o no han querido someterse a las prescripciones de la Raun razo Esto todos lo renne de vista ción vai 264 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.