mente de trabajar al aire libre, cavando o jugando esgrima, sino de labrar la tierra, sembrar flores o verduras, o cuidar animales.
Como la gente de la ciudad, los que viven en haciendas solitarias sufren de «disposición contrariada. pero su, dolencia viene de otra parte. En el campo abierto lo que fastidia no es tanto la falta del estímulo que la naturaleza proporciona sino la falta de sociedad.
Grises días de trabajo, solos, o con graves y tranquilos ancianos, son enfadosos para el descendiente de una raza que marchó siempre en bandas. El joven del campo ansia rozamientos, ojeadas, voces, el grito de su edad, rítmica y concertada respuesta. Después de un otoño de rudo trabajar en medio de secos troncos y bajo cielos de plomo, su estremecimiento vendrá no de vagar por el campo sino de la abeja social, danzas, cencerradas, renacimiento religioso.
Suelto de piernas, buscará la ciudad, se mezclará entre la multitud, y se desquitará de los meses de fastidio con una prolongada embriaguez en cinematógrafos, vaudevilles y parques de recreo.
Muchos vicios se deben al desesperado deseo del hombre de escapar al fastidio de una vida sin recreaciones. La Comisión Filipina del Opio dice. Qué pueblo sobre la tierra es tan destituído de diversiones como los chinos, lo mismo los ricos que los pobres? No hay juegos al aire libre en China, y a la verdad no hay juegos en absoluto, excepto los de azar. Absoluta quietud y melancolía prevalecen en todas partes. Así como estos dos demonios arrastran a los caucásicos a beber, a los chinos los arrastran al opio. Por hábito de trabajo y atención a los negocios un individuo puede hacerse incapaz de diversiones, y asimismo una raza de casi increible antigüedad, que ha trabajado por mileniums, puede alcanzar un punto en su desarrollo en que la facultad de divertirse se ha atrofiado y desaparecido, dejando sólo el deseo de pasar el ocio en la placidez. nada contribuye tanto a esto como el opio. El alcoholismo de ningún modo indica una necesidad fisiológica de estimulante, ni un deseo especifico de bebidas fuertes. Muchos esperan aliviarse de la depresión mental proveniente de vivir contra el deseo nativo. Qué lejano grito de la fluyente, poderosa, hirviente, desbordante, combatiente naturaleza, nos capacitó pues para los contados, interminablemente repetidos movimientos de la moderna fábrica? La disciplina, la monotonía, la falta de significación de nuestro fragmento de minuto de una tarea, la atmósfera sombría de las ciudades industriales, hacen la vida más tediosa que nunca para los trabajadores libres. La serie, pastor, agricultor, artesano constituye una curva lejos de lo instintivo, la cual tiene su culminación en la máquina. Con poco en sí mismo para animar los impulsos de rivalidad, curiosidad y constructividad, el día de trabajo se hace bajo continua tensión. Se soporta sólo por la paga del sábado. Por qué se embriaga usted. alguien preguntó a un trabajador en los 249 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.