mente de labrar lat Como rias sufrer otra parte del estím Grises día enfadosos en banda: el grito otoño de plomo, su de la ab Suelto de y se desqu guez en Mucho capar al del Opio «Que como los al aire lib cepto los noche pasada cerca a las rompientes olas, o de una caída de agua, se levanta uno más fresco que después de una noche apacible, puede significar que el yo subconsciente estuvo reconociendo gratos sonidos. Del modo que sea, del sueño en un hotel cerca de una estación de ferrocarril, o de una esquina de gran tráfico, se despierta uno fatigado.
El invalorable regalo que una tienda de campaña en el verano ofrece a los niños de la ciudad, no es tanto el aire fresco y el ejercicio como la estimulación de instintos profundamente arraigados, que no encuentran expansión en la ordinaria rotación del hogar, la escuela y la calle. Está llena de incentivos para las tendencias de espiar, vagar, cazar, recoger, tramar y emular. El bosque atrae a la juventud como la yerba atrae a los gatos. Dice el Profesor Puffer. Con frecuencia, caminando con muchachos en el campo, he intentado abreviar el trayecto abandonando los árboles y cruzando praderas o dehesas. Una y otra vez, sin embargo, los muchachos han protestado. No, no. Sigamos bajo los árboles. han suplicado. El que se observa atentamente a sí mismo, aprende que cosas muy pequeñas no conmueven su naturaleza original. Caminar bajo una llovizna, es desagradable, pero hay gozo en batallar contra una tempestad. El canoísta nota que olas adversas, excitando su instinto de combate, son más fáciles de remontar que una corriente o un viento contrario. El pescador se recrea mucho más tirando el anzuelo con la carnada que pescando tranquilamente, debido a la emoción que recibe cuando el pez ha trabado. Es por esto que él busca la especie «brava» que ase la carnada con furia y lucha duro una vez apresada.
Acampadores de experiencia no dejan que una partida de recienllegados se quede sin un fuego. La alegría de los espíritus en el círculo a medida que la genial fogata devora el montón de leña, tiene su origen sin duda en la selección que persistió entre las primeras generaciones de nuestra raza. Los que no respondían a la magia del fuego erraban demasiado lejos en la sombra y eran apresados. Descendemos de los que encontraban conforte en el fuego en la noche y se mantenían cerca del rojo protector.
La razón de que la vida en pabellones al aire libre tenga un misterioso poder curativo sobre los desórdenes mentales, es que está llena de emociones que son tan gratas a la subconsciencia como las pieles suaves son para la epidermis. Su renovación de actividades del cuerpo y estados de espíritu pertenecientes a la infancia de nuestra raza, alivia los más altos centros cerebrales demasiado gravados.
Esta es sin duda la causa del notable progreso en el estado de los epilépticos, locos e incorregibles cuando se les saca de las casas de socorro y de las cárceles y se les pone en una colonia agrícola bien situada con referencia a aguas, árboles y collados. Es significativo que para espíritus enfermos el mayor beneficio viene, no precisatodas par cos a bebe y atención diversion ha trabaja llo en qu dejando tribuye ta El alc de estim esperan a el deseo desbordar contados, fábrica? tro fragm ciudades trabajado tuye una en la mác rivalidad, bajo cont qué se er 248 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.