Aprendid para hac cias orig brirlas los adul tos de a proyecta sis, cual Desc para al desplegar y recoger velas, escalar buques, luchar cuerpo a cuerpo, levantar pesos, trepar a la copa de los árboles, tirar piedras con ambas manos.
Claro que no serán maestros en ninguna de estas cosas, pero precisamente porque no se trata de batir ningún «record. tendrán tiempo para conocer lo más necesario de todas ellas, y tan diversos trabajos corporales, completándose y corrigiéndose unos a otros, pondrán en juego toda la musculatura, esquivando el riesgo de las deformaciones, Si no se deja a los músculos el tiempo suficiente para olvidar los movimientos que aprendieron, siempre que llegue el caso se podrán realizar esfuerzos muy distintos, sin que produzcan fatiga, y por este método expeditivo, haciendo hombres sanos y ágiles, se les habrá preparado el triunfo en la lucha por la vida.
LEANDRO RUÍZ MARTÍNEZ (De La Revista de Educación, Buenos Aires. Véase nota de la Dirección de Eos, en próximo cuaderno. caída»
rentemer ceso de siguiente instinto útil. En sufrido del hom una am plo, los daño y los imp La novi tan lejos Las recreaciones humanas como un problema social por EDWARD ALSworth Ross En de gran quidade: gistrado de homt nación por la in vivir en taciones vivand de la ra El origen evolucionario de nuestra raza suministra la clave perdida de los conflictos entre el instinto y la razón, entre el impulso y el propósito, que fueron un misterio mientras se supuso que el hombre había sido hecho de un golpe por el Creador.
Gracias a la evidencia de que nuestras tendencias innatas se establecieron como incentivos para sobrevivir bajo condiciones primitivas, la doctrina de la bondad original de la naturaleza humana, lo mismo que la doctrina de Calvino, de su total depravación, no se presentan ya como extremos de un dilema inevitable. Lejos de ser una cosa simple y consistente, la naturaleza del hombre aparece como una enredada madeja. Además de muy viejas tendencias que él comparte con todos los mamíferos, y de otras más recientes que hereda con los monos de sus antecesores comunes en la era terciaria, el hombre tiene tendencias que han echado raíces sólo en el curso de millares de siglos desde que adquirió la posición erecta.
Esta naturaleza humana es rápidamente cubierta y ocultada por la educación que nos capacita para la vida social y civilizada.
que es tado de Peon temente de aque el bien, naturale aqui qu en una 244 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.