tarea del día presente, sin los elementos completos de una moralidad indiscutible, de una probidad insospechable, jamás llegaréis a gozar de crédito completo. Si el talento sin probidad és un azote, la riqueza sin ella es uno de los más eficaces disolventes sociales. Por dondequiera que pase dejará las huellas del despojo, el fango de la corrupción.
EREMITA De un libro para las escuelas.
se obse conside ser la olvidad La vicio mula a y desp pula o tantes ciosa a sus ratural UI tros y herman llegan a LC De los padres y de los hijos para su tal que linea re raleza cuencia otros parece ES género tierna rio arre Ese gozo tan dulce que los padres y las madres experimentan a la vista de sus hijos o pensando en ellos, es un sentimiento interior y casi oculto, igualmente que los temores y las penas que les inspiran. No pueden expresar su gozo, y no quieren descubrir sus aflicciones. El placer de afanarse para los hijos, suaviza todos los trabajos; pero también los hijos hacen las desgracias más amargas y las amarguras más penetrantes. Ellos multiplican los cuidados y las inquietudes de la vida, y al mismo tiempo endulzan la idea de la muerte y la hacen menos terrible.
Perpetuarse por los hijos, es una ventaja común al hombre y a los brutos; pero perpetuarse por la reputación, por servicios esclarecidos y por útiles instituciones que prometen un dilatado porvenir, es una prerrogativa propia solamente del hombre. Las obras más memorables y los más grandes y hermosos establecimientos, se deben a hombres que carecían de sucesión y que parecen haberse propuesto únicamente expresar o imprimir bien en ellos la imagen de su alma o de su ingenio, que debía sobrevivirles cuando la de su cuerpo se hubiese destruído. Así es que los hombres que más se ocupan de la posteridad, son aquellos mismos que carecen de ella.
Los que empiezan por sí a hacer ilustre su familia, son por lo regular demasiado indulgentes con sus hijos, a los cuales consideran, no sólo como destinados a perpetuar su raza, sino también como herederos de sus gloriosas acciones: los miran como hijos al mismo tiempo que como sus creaturas.
Los padres y las madres que tienen varios hijos, rara vez profesan a todos igual grado de cariño: hay siempre alguna predilección, con frecuencia injusta y mal entendida, sobre todo de parte de las madres. De aquí esta frase de Salomón. Un hijo juicioso es para su padre un motivo de gozo; pero un mal hijo es para su madre un motivo de vergüenza y de aflicción. También que se en el una ap estudio ces Sus que las ceptos jor, y Ει hacen vor se (De Traduce Estos ya habis 202 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.