desa una bere ya pres sólo asur ma: en obec e subrepticias, e non proceden de mi voluntad, aunque por ellas parezca e se diga lo contrario. mando que las tales cartas sean obedescidas e non conplidas, e que por las non conplir, aunque por mí sea mandado una e dos e tres veces e más, non cayan en pena aquellos a quien se dirigieren. El singular espíritu que animaba el derecho de no obedecer tenía su raíz en la anormal institución de gobierno, y de allí vino a luz aquella fórmula anárquica pero legal: obedezco, mas no puedo cumplir. que a veces entrañaba el significado de «reconozco la autoridad, o al menos no la discuto. pero en el precepto de que se trata no ha interpretado bien el derecho, y como el derecho es antes que sus órganos sociales, y éstos no han podido querer lo que a todas luces es injusto, me abstengo de ejecutarlo.
Razonamiento semejante, estaba ratificado por una ley de las Partidas que «obligaba» al pueblo a «guardar al rey de sí mismo, no dejándole hacer cosa alguna que redundase en daño de su cuerpo, de su linaje o de su reino. y esto, añadía, se hace de dos modos: por consejo y por obra. Los que le dejan errar a sabiendas, merecen pena como traidores. La Novísima Recopilación misma, recogió los últimos restos de esa tradición y los tradujo así. No valgan ni se cumplan las reales cartas dadas contra derecho, ley o fuero usado. Distinto del derecho de rebelión es el derecho de no obedecer de que hablamos, o mejor dicho, siendo uno mismo en su esencia, es diverso en sus exteriorizaciones: el derecho de rebelión dice oposición activa, positiva agresividad a las órdenes, a las leyes, a las sentencias y a los decretos; al paso que el derecho de no obedecer es algo pasivo, negativo y quieto que estriba en la impasibilidad e indiferencia de los ciudadanos con relación a las disposiciones de los poderes constituídos.
En el tebril desenvolvimiento de las ideas, en el cuan obec dirle públ los dor mos form se re peso bres desti auto lidad por tenga larse aplau carac derec mo, súbd obed ora. criter 178 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.