plomo, la «paz de cementerio. en fin, con el siglo XX, el despertar de la conciencia alsaciana por las generaciones sobrevivientes; la lucha por la civilización y por la lengua francesas, por las libertades políticas; las manifestaciones de Noisseville, Wissembourg; las peregrinaciones a los campos de batalla y a las tumbas, a las revistas de Belfort, y de Nancy; las asambleas de los Souvenirs hasta la explosión de Saverna, en donde estalla la incompatibilidad secular, el desacuerdo profundo entre el espíritu alemán y el alma alsaciana, desacuerdo reconocido por los mismos alemanes. Los alsacianos aman a Francia como los niños aman a sus padres. dijo Werner Wittich, profesor de la Universidad de Estrasburgo. Acampamos en país enemigo. dice de Jagow; y desde que comenzó la guerra, las deserciones en masa de esta tierra sagrada en donde todo respira Francia.
Una lucha de cuatro siglos entre la libertad y la opresión. Qué cosa es, señores, esta historia de cuatro siglos sino la lucha de la libertad contra la opresión? Es la libertad lo que Francia defiende cuando en los siglos XVI y XVII combate a los Habsburgos, opresores de almas, y cuando los antecesores de aquellos que hoy la pillan buscan su alianza como una salvación. Es por amor a la libertad por lo que Alsacia y Lorena comparten las glorias, las alegrías, las victorias de la Revolución, y encontrando en ella el desarrollo de su propio genio dan al mundo con Francia los derechos del hombre y los derechos de los pueblos, este principio de nacionalidades que, pervertido y disfrazado por Alemania, se ha vuelto tan cruelmente contra nosotros; es contra la opresión contra la cual en 1871 protestan en la Asamblea Nacional Gambetta y todos los representantes de Alsacia Lorena, y con ellos Victor Hugo, Edgar Quinet, Luis Blane, Sadi Carnot, Henri Brisson, Clemenceau, los hombres más ilustres de la democracia, hijos legítimos del 92, y Chanzy, el gran soldado que había enarbolado orgulloso la bandera de la República. Contra la opresión protestan en el Reichstag todos los diputados de Asacia Lorena, el gran Dupont des Loges, etc.
Es contra la opresión contra la cual, desde el año maldito, no cesa de luchar el alma indomable y fiel de Alsacia Lorena, a cuyos renombrados y numerosos hijos enviamos un fraternal saludo. Es contra la opresión contra la cual Preiss, en 1897 en el Reichstag, lanzó un grito de rebelión. Es por la libertad por lo que, desde 1871, tantos alsacianos y lorenenses se han cubierto de gloria en las filas de nuestros ejércitos, dignos hijos de todos los héroes de la otra gran epopeya; y hoy es la libertad del mundo lo que Francia, ensangrentada, pero más hermosa, más espléndida que nunca, salva en el Marne y en Verdun.
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