Mientr hacia don PANA, SIG ter Alemania.
colocara inmediatamente allí donde le colocaban naturalmente sus títulos y sus legítimas esperanzas. Porque, sin aspirar nuevamente a los esplendores pasados, pero cuyo reflejo le ilumina todavía, el pueblo portugués no ha renunciado a las ambiciones del ideal. Sabe que la grandeza de un país no se mide por kilómetros, que la superficie de su territorio se encuentra dentro de su alma misma, en la obra que se traza, y que tan sólo la extensión, la riqueza y la elevación de sus deberes cumplidos consagran su potencia efectiva.
Es para alcanzar este resultado de conquista superior y de engrandecimiento moral, por lo que los portugueses, de temperamento un tanto pacífico, han entrado rectamente en la guerra, y por la buean puerta. Antes de que recojan a nuestro lado la gloria y los beneficios a que tienen derecho, honremos nosotros su arranque, marchemos más rápidamente a su encuentro y mostremos para darles las gracias por su fraternal concurso, un poco de ese valiente orgullo que ellos emplean al prestárnoslo.
Es para nosotros una alegría y un deber aclamar a esos hijos de la vieja Lusitania, que vienen del fondo de sus «serras» para llegar a nuestro lado, y que se encuentran dispuestos a mantener firme, con un brazo extendido por encima de la pelea, la bandera púrpura y verde de su joven república, así como Camoens por encima de las olas elevaba y tendía su poema a la inmortalidad. El art mismos de partidarios tiempo ese ción, y encuentro inexorable: tes estilos sionar al yéndoles arte funda ideal; rela del genio guía a la sin ese ar de lo bell sas. Esta tad, sino LAVEDAN (De la Academia Francesa)
La cu La dinastía y el Estado austriacos nos son completamente indiferentes. Al contrario, sólo una esperanza y un anhelo tenemos: que nos veamos por fin libres de ese Estado; que acabe por producirse lo que fatalmente debe producirse: la desagregación de ese Estado; a fin de que el pueblo alemán de Austria pueda, fuera de ese Estado, vivir una existencia gloriosa bajo la protección de los Hohenzollern. STEIN En el Reichsrat, 15 mayo de 1906 pero la ci gido nunc por una rígida en Si los proyectos de que es heredero el germanismo puro se realizan, dice Lange, perecerá Austria. aborto político, residuo petrificado de la confusión de las lenguas babilónicas. P. de Lagarde agrega. Es preciso que la ola (alemana) se esparza hacia el sur hasta que no quede nada de todas las lamentables nacionalidades del Estado imperial (de Austria. El car el cual lo La mo nuestra propia es hasta el Deutsche Schriften, 112.
DE táculo fav 158 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.