de ést Maestros de economía política DIOCLESIANO 289 de nuestra era (ya vimos en Eos, nº 68, que enseñó la fijación de precios y salarios, etc. Felipe IV de Francia, 1285. Alteró el valor de la moneda, por lo cual lo llamaba el pueblo EL MONEDERO FALso; acosado por las necesidades de numerario persiguió a los Judíos, vendió cartas a los comunes y títulos de nobleza a los plebeyos. Felipe III de España, 1598.
Para llenar los descubiertos en que se hallaba la real hacienda se impusieron dobles gabelas a los pueblos, harto recargados ya con las contribuciones establecidas. SE ACUDIÓ AL RUINOSO MEDIO DE ALTERAR LA LEY DE LA MONEDA DUPLICANDO EL VALOR DE LA DE VELLÓN, CON LO QUE SE ENCARECIERON, DE UN MODO EXTRORDINARIO, LOS ARTÍCULOS DE PRIMERA NECESIDAD, empeorando la ya demasiado triste situación de la clase proletaria y causando una enorme extrac ción de plata del extranjero. Es indudable la sagacidad de nuestros estadistas y legisladores al buscar sus consejeros en tan insignes maestros; pero en el viejo diccionario que estamos hojeando, no se dice si ellos depreciaron la moneda para los acreedores, menestrales y consumidores, y obligaron a los contribuyentes a pagar los tributos con buena moneda de ley antigua. será éste un perfeccionamiento de las prácticas de los Felipes apellidados por los pueblos y la historia monederos falsos? EREMITA.
min dad lad la si la y no oro acur del deci nes Su Inconvenientes del crédito para los calaveras 114 R En carta de 28 de Abril de 1857 le decia Mariano Ospina al General Herrán. Tengo la profunda convicción de que a la Nueva Granada no le conviene por ahora tener crédito. Esto le parecerá a usted una paradoja, si no trae a la vista lo que será por mucho tiempo nuestro Gobierno. El crèdito es útil a los individuos y a los Gobiernos que tienen juicio ¿pero a los calaveras y a los tontos, a los muchachos que no han adquirido todavia el criterio suficiente, les es muy perjudicial; y me parece que usted convendrá conmigo en que el Gobierno granadino representado por el Congreso, no ha llegado todavía a la edad de la cordura. Si al amortizar nuestra deuda quedáramos con crédito, habriamos adelantado poquísimo; porque antes de cuatro años tendriamos otra vez sobre nosotros una deuda igual a la presente; y habríamos hecho no sé cuántos centenares de disparates con los fondos obtenidos. 57 фере.
10 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.