Alemania, porque él representa al ejército, y habla por el ejército, y el ejército es la sola verdad y la sola realidad en Alemania. El Reichstag no es un poder en Alemania, ni mucho menos. Su recinto es un parlatorio. Allí se reúne periódicamente una solemne sociedad cuya función es hablar, hablar, hablar. El pueblo no es tampoco un poder.
Vale tanto como el Reichstag, que lo representa. El solo poder en Alemania es la casta gobernante, la casta militar, que trata al pueblo alemán con disciplina de hierro, y resuelve las huelgas y las tímidas tentativas de resistencia, con la ley marcial. asimismo, el solo poder en la Cuádruple Alianza es Alemania, es decir, la casta militar que gobierna a Alemania y en cuyas manos está la espada de Alemania. Alemania, es decir, el Kaiser, declara, a estas horas, que para vivir en paz y amistad con Alemania es preciso antes reconocer el triunfo de los ejércitos alemanes, es decir, del militarismo prusiano.
ale nifi hal pel ma rec fia Si rril los 19 ma nue la La ruptura en pedazos de la espada de Alemania, símbolo de una civilización implacable, es la sola posibilidad y la sola esperanza de paz. Todo lo demás es mentira.
De cen Así pró pre libe im een par del sólo El emperador alemán habla por su Gobierno y su pueblo. Todos están de acuerdo. Antes de la guerra él les dijo en un discurso: Vosotros alemanes tenéis sólo una voluntad, y es mi voluntad, hay una sola ley, y esa es mi ley; hay sólo un Señor en este país, y ese soy yo, y al que se oponga lo haré pedazos.
Dijo eso, y no hubo un solo hombre en el Imperio que le tirara un ladrillo. El pueblo alemán es tan semejante a los perros en su obediencia, tan servil en su temor a la autoridad, ha degenerado tanto en su corrosivo egoísmo, lo han hecho embriagarse tanto con un control del Estado que ha borrado de su espíritu todos aquellos principios de justicia y de derecho que exaltan a una nación, que un llamamiento al pueblo alemán para que se liberte de sus amos militares es indigno de la consideración de los grandes estadistas que en Washington y en Londres tratan de dar expresión a las aspiraciones de un mundo oprimido. La opinión pública alemana, o lo que se presenta como opinión pública alemana, es una cosa inventada para servir la ocasión. No existe un solo grupo en Alemania que posea honradez pública, o que sea capaz de hablar con voz propia. Karl Liebhnecht ha sido encerrado en una prisión y por consiguiente no puede hablar.
El resto todo es de esclavos voluntarios.
SAMUEL HARDEN CHURCH Presidente del Instituto Carnegie ce sólo es vici El 22 de diciembre, 1917, el Soberano de los alemanes, después de cantar las victorias de las armas y de honrar el heroísmo y la resistencia de sus ejércitos, dijo: 104 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.