En qué consiste la fuerza superior de los aliados No se me oculta, al dar a esta crónica un título que es la vez una pregunta y una afirmación, que puedo excitar la curiosidad en el ánimo de mis lectores, y tal vez hasta provocar en algunos que piensan en la ofensiva alemana una irónica sonrisa. Sin embargo, este ha sido el tema que acabo de desarrollar en las conferencias dadas en provincias en compañía del historiador americano Herbert Gibbons y del profesor inglés Eccles, de Oxford. Dada la impresión que produjeron, me resuelvo a precisar y a justificar nuestras declaraciones en este periódico, Le Temps, que las dará a conocer a los lectores de todo el universo.
Gibbons y Eccles dieron a conocer los fines comunes, no de guerra, sino de paz, que persiguen los aliados. Ambos expresaron el sentimiento definido, unánime, de sus compatriotas, de que entre las condiciones de paz, la devolución de Alsacia y Lorena a Francia es una condición sine qua non; y que además Francia, que ha sufrido tanto en su propio territorio, que ha derramado una sangre tan generosa y que, por su incomparable energía y su incansable sacrificio, ha destruido el plan de conquista y de hegemonía de Alemania, salvando al mundo, Francia debe ser indemnizada de todas las devastaciones de la invasión y debe ser una vez más colocada en el estado de fuerza que conviene a la nación que la historia ha colocado en Europa como el escudo de la civilización contra el germanismo.
Hago notar estas palabras porque son la expresión del pensamiento que anima particularmente a los ciudadanos de los Estados Unidos. Ya hemos tenido muchas manifestaciones públicas de simpatía, y es de desear que estas declaraciones sean conocidas en todas nuestras campiñas y en nuestros talleres por la voz misma de los americanos.
Pero para alcanzar estos fines comunes y realizar este programa de reparación y de garantía, hay que vencer, y vencer de tal manera que la victoria determine el desarme de Alemania.
חג Podría decir que esta derrota ha sido un hecho desde el Marne, porque así lo quiso el destino. Pero ha habido desde entonces en esta guerra tantas conmovedoras y a menudo desconcertantes peripecias, que vale más creer que la derrota es la resultante de la prolongación misma de la guerra; es decir, de la constancia que los aliados 87 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.