Civil War

R. propósito del libro «Cinco años en la Corte de Justicia Centroamericana» del Licenciado Manuel Castro Ramirez. Fastuoso fué el bautismo de la Corte de Justicia Centroamericana, y sus padrinos ricos y poderosos. Desgraciadamente, uno de ellos se echó al campo de la guerra civil y, desangrado y empobrecido, perdió su respetabilidad, vino a menos y dejó de contar como valedor de la recién nacida institución, y, el otro, viendo que la criatura se desarrollaba vigorosamente y amenazaba el porvenir de ciertas desmedidas ambiciones internacionales, por la gravedad de su continente, la independencia de sus resoluciones y la confianza creciente que su serena actuación despertaba en todas las naciones de la América española, resolvió, en su conciencia, no sólo abandonar a su ahijada sino borrarla del registro de los vivos y hacerla pasar al de los muertos convenientes a su engrandecimiento y poderío. Afirmación es ésta que sólo podrá sorprender a los que ignoren los hechos cumplidos en una de las cinco repúblicas signatarias del Tratado de Washington, desde la famosa guerra civil que dió en tierra con el gobierno revolucionario de entonces y estableció otro, no menos revolucionario, y la permanente intervención, administrativa y armada, de un poder funesto a todas las naciones de hispanoamérica. Hubiéralo querido este garante moral de la existencia de la Corte, y esta sabia y justa institución habría entrado en la segunda etapa de su vida y mostrado a los pueblos todos de la tierra cómo es fácil transitar por los caminos del derecho cuando los intereses litigiosos de las naciones se ponen en manos de una entidad jurídica tan altamente colocada, que las olas de la intriga y la corrupción no alcancen a salpicarlo siquiera con su espuma. La política extranjera de la nación garante, que, al decir de Mc Cabe, consiste en no tener ninguna, cambió, precisamente, cuando el mundo, encantado con las voces de sirena de un predicador de principios, esperaba el fin de una política intervencionista contraria en absoluto a los principios predicados y, para mengua y escarnio del predicador, violados sin pudor por el mismo que los venía predicando.
Muerta la Corte de Justicia Centroamericana, uno de sus más ilustres presidentes, el Licenciado Manuel Castro Ramírez, quiso consignar en páginas magistrales la corta pero fecunda vida de la 79 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.