o o e especialmente los prusianos, venían empleando los mismos métodos para sojuzgar la población de territorios invadidos, desde hace más de siglo y medio. Ya el Dr.
Johnson se escandalizaba en el siglo VIII de los procedimientos con que las tropas de Federico el Grande intimidaban a los habitantes de la Silesia, germanizados después con éxito por la mano dura del Gobierno de Berlín. Medio siglo después, el general Wellington, que no padecía de escrúpulos monjiles, se horrorizaba de las violencias empleadas contra los franceses por el general prusiano Blücher en las campañas de 1814 y 1815. durante cuarenta y cuatro años los franceses no han cesado de lanzar gemidos de protesta contra la inhumanidad de las tropas prusianas en la campaña de 1870 y 1871. Pero el mundo no hizo caso a los franceses. No creyó que protestase en ellos su humanidad ultrajada, sino su vanidad humillada. Los franceses tenían razón, ahora sabemos que tenían razłn; pero antes no lo sabíamos; en primer término, porque no era entonces hostil al mundo la causa de la unidad alemana, pero fundamentalmente porque la guerra francoalemana no afectaba inmediatamente al mundo, sino a los beligerantes. Injusta y dolorosa como fué la amputación de Francia, el equilibrio del mundo no se sintió afectado porque cambiase la bandera en la AlsaciaLorena.
Pero esta guerra se libra expresamente sobre la pregunta de Federico Nietzche: Wer soll der Erde Herr sein. Quién ha de ser Señor del mundo. Desde el momento en que el Canciller alemán atribuyó el origen de la guerra a la política inglesa de mantener el equilibrio europeo, no pudo ya caber la menor duda de que el propósito de Alemania era alcanzar la hegemonía, porque la única alternativa posible al equilibrio de poderes es la supremacía de alguno de los poderes sobre los demás. como la hegemonía europea es hoy por hoy la hegemonía mundial, el resultado inmediato fué que todos los hombres de conciencia empezaran a pregun37 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.