En la cátedra de Bergson Traducimos de Excelsior: Cuando el filósofo Bergson, quien acaba de recibirse como acadé.
mico, principio a disfrutar de la popularidad, se envanecía viendo cómo los bancos de la sala en que dictaba sus conferencias en el Colegio de Francia eran invadidos por una multitud de las más elegantes damas parisinas.
Cuando la conferencia concluía, Bergson tenía la costumbre los grandes también tienen sus debilidades de atravesar en toda su longitud la sala vacía, en lugar de salir por la puertecita que da acceso al claustro de salida. Respiraba con delicia el perfume que las bellas concurrentes dejaban flotar tras de sí. Tanto como un filósofo puede serlo, Bergson se sentia feliz.
Un día encontróse sobre un banco algunas cuartillas, sin duda olvidadas por una de las damas. Curioso como cualquier mortal, el futuro académico se entretenia en leer aquellas cuartillas cuando una linda muchacha haciendo irrupción en la sala, se lanzó hacia él. Ah, Maestro. Ud. las ha encontrado. Señora. se excusó Bergson sonriente, usted me debe juzgar demasiado indiscreto por haberlas leído. Pero héme aquí bien castigado, y Ud. puede estar perfectamente tranquila: no he comprendido ni jota. Cómo maestro. Pero, si son las notas que mis amigos y yo hemos tomado de su conferencia!
Bergson hizo una mueca, y en adelante no volvió a salir más atravesando el salón.
El Nuevo Tiempo La prueba de que la concepción socialista es la de una reconstitución total y obligatoria, está en que dicha concepción justifica su impotencia práctica por los caracteres de su solución. En efecto, ella dice siempre. No puedo nada, porque la reconstrucción no es total y obligatoria. EUGENIO ROSTAND 13 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.