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de Estado autocrático y militar. Los «Junker» son lo más prusiano de Prusia, una casta de hombres formados históricamente en largas guerras de independencia y conquista y en la idea primitiva de un ciego culto al rey. Residuo medioeval y bárbaro, esta casta había defendido desesperadamente hasta ahora ese baluarte oligárquico del sistema constitucional de las tres clases.
Pero el «Junkerismo. que es algo así como la quinta esencia del prusianismo, extendía su preponderancia sobre toda Alemania. En el Consejo federal de Alemania, en el «Bundesrat» formado por 58 miembros de todos los Estados alemanes, Prusia sola está representada por 17, además de ser su rey emperador de Alemania, jefe del Ejército y de la Marina y dueño del destino de todos los alemanes, pues puede hacer la guerra y la paz y concertar Tratados Alianzas en nombre de todo el imperio. Es decir, el «Junker. por excelencia, la más alta expresión del «Junkerismo. que es, a su vez, la quintaesencia del prusianismo, domina en toda Alemania con poderes tan absolutos como en su propia Prusia. La evolución de Alemania en el largo proceso de su unidad no ha significado otra cosa que la prusianización de los alemanes.
Mas ahora, de pronto Prusia renuncia a su régimen político de autocracia y oligarquía territorial; los «Junker» pierden sus privilegios. Qué representa esto? Si fuéramos a atender lo que dice Bulow en su libro Política alemana, ya tan conocido, dijérase que esta reforma es la exclusa que se abre a la revolución. Hay en esa obra un capítulo, el titulado «El Estado prusiano y la Democrcia social (partido socialista) que ilumina el valor de la nueva reforma. El socialismo dice el ex canciller imperial es la antitesis del Estado prusiano. Esto es, el Estado prusiano dejará de ser lo que es y ha sido cuando el socialismo gane la hegemonía de él. Bulow no puede simpatizar con la abolición del sistema electoral de las tres clases, por el cual han combatido tanto los socialistas alemanes. Si el Gobierno prusiano quisiera reconocer la utilidad de una inteligencia con el socialismo, partido que, desde hace años, ataca en sus bases monárquicas y militares al Estado prusiano, la clase media, los agrarios del Este del Elba y, finalmente, el mismo Ejército, no sabrían qué pensar del Estado y del soberano. La renuncia del Gobierno a la lucha contra la democracia social sería vista en Prusia como la capitulación del sobe.
rano ante la revolución. En lugar de atraer el socialismo al Estado existente, se empujaria a sus brazos a un número incalculable de buenos ciudadanos, desconcertados en sus ideas políticas. El socialismo detesta la monarquía del águila. que hunde una ala en el Niemen y la otra en el Rhin; detesta, en Prusia, el Estado del orden, el corazón y nudo del imperio alemán, cuyos reyes han unificado a Alemania, y con el cual, en el porvenir, el imperio permanecerá en pie o caerá.
Aquellas palabras de Bebel, que el socialismo habrá ganado su causa cuando conquiste a Prusia, son ciertas. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.