Anarchism

podría darle la Iglesia católica que no goce ya ahora? El Kaiser, según el luteranismo, recibe su soberanía directamente de Dios, y no tiene que dar cuentas a nadie más que a Dios del modo con que la ejerce.
En el Catolicismo, la soberanía está limitada. No puede exceder del mundo temporal; no puede extenderse a la conciencia para oprimir las creencias cristianas.
En muchas escuelas de Alemania, los niños están obligados a cantar una canción que dice: Alli, alli está el enemigo En cobardes trincheras. Le atacamos y es un perro el que diga Que hoy se le dará perdón. Matad todo lo que pida merced Fusiladios a todos como a perros. Más enemigos, más enemigosl, sea esta nuestra plegaria En estas horas de Jamás consentiría la Iglesia cristiana que por orden superior se enseñase esa moral del Anticristo en las escuelas de un Estado que se llamase católico. Continuará)
RAMIRO DE MAEZTU retribucion.
El gobierno de la filosotia fué ante todo un despotismo: el de los dogmáticos. Después de ese despotismo, vinieron la anarquía y el espíritu de rebelión llamado escepticismo. En los últimos tiempos, cierta fisiología intelectual, introducida por Locke, parecía haber pacificado todo, sextándolo todo sobre la experiencia. Pero pronto se notó que la tal pretendida experiencia estaba llena de hipótesis y que su autoridad era tan tiránica como los dogmatismos de que se había querido librar la ciencia. Pareciendo así haberse ensayado inútilmente todas las autoridades, quedó limpio el campo para el último y más triste de los señoríos: el de la indiferencia, madre de la noche y del caos. Pero este caos, si subsiste la naturaleza humana, con sus instintos y sus fuerzas, no es sino el preludio de una transformación próxima y la aurora de una luz nueva.
Esa indiferencia, que desespera a primera vista, es digna de seria meditación. Entre las escuelas que se baten desde hace siglos en la arena de disputas sin fin llamada Metafísica, y el público de nuestro tiempo que confiesa no entender nada de tales contiendas y no poder interesarse en ellas ¿quién tiene razón. Se ha disgustado acaso, el público, de las matemáticas o de la física. Por qué habría de hacer ascos de la metafísica si ésta fuera una ciencia tan sólida y segura como las otras dos? Nuestra época es época de crítica, a la cual nada puede sustraerse, ni la religión, no obstante su santidad, ni la ley y el Estado, no obstante su majestad. Por qué, pues, no ha de aplicarse la crítica también a la metafísica? Cousin, Leçons sur la Philosophie de Kant, I, pág. 30. tiene mucha razón el público. Son tan perniciosas las disputas filosóficas que de 1000 personas que leen un tratado de metafísica, 999 quedan incapacitadas para percibir la verdad. El triste contacto ha paralizado para siempre sus inteligencias.
Trad.
COLINS Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.