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Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador la legitimidad del Gobierno de Costa Rica, el hecho de seguirla objetando el de Vuestra Excelencia a despecho de la doctrina por él mismo sostenida, se presta a suponer que lo que verdaderamente ponen en duda los Estados Unidos es la independencia y la soberanía de Costa Rica, la de Centro América y además la de todas las Repúblicas latinoamericanas.
Si esto fuera así, la política que actualmente siguen los Estados Unidos respecto de Costa Rica estaría en abierta contradicción con las palabras pronunciadas ante el Congreso por el Presidente Wilson el 22 de enero del corriente año. Propongo, por decirlo asi, que todas las naciones debieran de adoptar de común acuerdo la doctrina del Presidente Monroe como doctrina del mundo; que ninguna nación deberá extender su política sobre cualquiera otra nación o pueblo, sino que todos los pueblos debieran dejarse en libertad de determinar su propia política, su propia manera de desarrollarse, sin estorbos, sin amenazas, sin temor, los pequeños a la par de los grandes y poderosos. En estas pocas palabras, de una elocuencia convincente, está admirablemente resumida la doctrina de la no intervención, y Costa Rica se acoge a ellas para reclamar, en nombre del derecho a la existencia de las pequeñas naciones, que se le permita vivir su propia vida conforme a la voluntad de la mayoría de su pueblo libremente expresada. Porque no sólo es intervención la que se ejerce por medio de la fuerza armada. Tratándose de una nación pequeña y débil, basta.
la simple actitud no amigable de otra grande y poderosa, para que se produzcan los efectos de la intervención, en grado más o menos considerable. Tan cierto es esto, que Vuestra Excelencia no ignora que a consecuencia de la actitud asumida por el Gobierno de Washington respecto de Costa Rica, el país vive en continua zozobra, mantenida por los que abusando sin duda del nombre de los Estados Unidos propagan la especie de que el Gobierno de este país apoya, o cuando menos mira con agrado, los trabajos de los que se proponen trastornar el orden público. El Gobierno de Costa Rica no ha dado nunca crédito a tan absurda propaganda; pero tampoco ha podido explicarse la razón de la conducta de los Estados Unidos para con un país que les ha dado repetidas pruebas de amistad y que fué tal vez el primero, entre las Repúblicas americanas, en declarar espontáneamente su solidaridad con esta gran nación cuando estalló la guerra con Alemania.
Al referirme a las declaraciones que acerca de este punto tuve la honra de hacer a Vuestra Excelencia en nombre de mi Gobierno el de abril último, me es grato manifestarle que a pesar de las dolorosas circunstancias en que se encuentra colocado, el Gobierno de Costa Rica mantiene su actitud de solidaridad con el pueblo de los Estados Unidos, porque considera que es tan noble la causa que defienden este pueblo y los demás campeones de la libertad, de la democracia y del derecho a la existencia de las pequeñas nacionalidades, que nada debe prevalecer contra ella.
Esta misma causa es la que en vano hasta ahora he procurado defender ante el Gobierno de los Estados 330 331 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.