La educación de la voluntad debe constituir el primer empeño en la vida del hombre. Dominar la pereza con el trabajo, el vicio con la templanza, el fastidio con la buena lectura o la conversación amena, y lo irremediable con serenidad y ánimo entero: tal ha de ser el propósito persistente de quien desee (y todos lo deseamos) obtener la dicha relativa que nos ofrece este mundo.
AVELINO AGUDELO Mientras no prescindamos de un orgullo mal entendido y acatemos la crítica de los pocos censores hábiles, sinceros y rudos que tenemos, no habrá progreso. fuerza de bir siempre alabanzas por todo lo que ejecutamos, bueno o malo, hemos llegado a convencernos de que somos zses en todo, de que nuestras obras alcanzan a la absoluta perfección.
En materia de arte especialmente, el incienso mata y ellátigo da vida Dejémonos azotar de los que saben y. aprendereHORACIO RODRÍGUEZ imos.
De Colombia.
El aburrimiento es un estado de alma, vergonzoso por demás, propio de seres incultos, perezosos y estériles. El hombre que se ha penetrado del sentido de la vida; que sabe de las purificaciones del dolor y de las alegrías de la lucha; que tiene fé en la pujanza de sus músculos, se entristece muchas veces, pero no se aburre nunca. Mientras haya trabajo honrado sobre la tierra; cosas nobles a que aspirar; almas que pulir; cuerpos que sustentar, será siempre el aburrimiento patrimonio de eunucos y mujerzuelas.
ALFONSO CASTRO Probabilidades El hombre no es en esta vida lo que quiere ser, ni siquera lo que es, sino lo quieren los otros que sea.
Los que escapan de esta regla, los que saben imponer su personalidad y hacerla aceptar a todos, son precisamente los grandes hombres, son frecuentemente los genios. Todos los demás nos resignamos.
Paréceme que a mi se me ha clasificado como «notabilidad. y aunque yo no lo sea, ni quiera serlo, me resigno, y firmo autógrafos en los álbumes.
GABRIEL LATORRE Para saber si un hombre es capaz de hacer una cosa determinada hay que ponerlo en el caso de hacerla.
Si entre les que pueden ser escogidos para ello hay uno a quien hasta sus propios adversarios reconoceni como el de mayor y mejor preparación para llevarla a cabo, sería insensatez elegir a otro, necesariamente: menos bien preparado, para el objeto. Porque, dentro de la previsión humana, lo más racional es juzgar que el mejor preparado para una tarea cualquiera ése: la desempeñará con más acierto. si en el curso de una larga vida, el electo no ha tenido ningún fracaso, ni en lo particular ni en las funciones públicas, y, por el contrario, sus labores han sido coronadas por el 271 270 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.