¿Y cuál fué el resultado? La producción declinó y el costo de la vida subió a las nubes.
Cuando Diocleciano abdicó y se retiró a vivir libre y tranquilo, cultivando personalmente su huerto, en Salona, mostraba a las visitas sus lechugas para señalarles la felicidad de que disfrutaba en los últimos días.
Señores del Congreso y de la prensa: de Diocleciano, las lechugas. La lección debería aprovecharse dice el padre Castelein. porque nunca podrán ser más propicias las circunstancias, por la unidad y la fuerza del Imperio, para abrogar la ley de la oferta y de la demanda, y reglamentar el trabajo, la producción y la repartición de la riqueza. Es SIN DUDA EL MÁS ESPLÉNDIDO EFECTO CONOCIDO DE LA MANÍA DE REGLAMENTACIÓN. Castelein, Droit Naturel. 1903. Tratemos de hacer comprender por qué esta reglamentación de los precios se vuelve contra el interés general. Cuando el Estado reglamenta el precio de las cosas, lo hace naturalmente con el objeto de reducir lo más posible dicho precio en beneficio del pueblo consumidor. Ahora bien, esta reducción de precios, rebaja necesariamente los beneficios esperados por los productores. como ES IMPOSIBLE para el Estado determinar la medida de los beneficios legítimos y, sobre todo, la medida de las esperanzas permitidas a los buenos productores, corre el riesgo de descontentar a éstos, de paralizar su celo y aun de alejar a muchos, de los trabajos onerosos. Se alejarán particularmente los más ambiciosos, que son también a veces los más capaces. Qué remedio puede oponer a este mal el Estado interventor? Naturalmente, lo busca en un sistema de intervenciones cada vez más despóticas: vienen las requisiciones de mano de obra a precios forzados: los trabajadores son obligados a trabajar contra su gusto, según lo entienda el Estado y con los salarios que él consienta. Hé ahí lo que nos revela la naturaleza de las cosas y lo que nos confirman en dos ejemplos brillantes el edicto del Maximum de Diocleciano y el Estatuto de los labradores de Inglaterra (siglos Xiy y xv. La reglamentación oficial de los precios conduce a la violación inicua de los derechos de los individuos y, por sus consecuencias económicas, al empobrecimiento de los pueblos. Siempre y en todas partes, cuando la manía de reglamentación impera, la producción disminuye. Restringida a lo estricta252 253 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.