UN ARTICULO HECHO TRIZAS PORJUN CENSOR la idea de que la inferioridad deba sufrir los males que por sí misma se ha procurado, mientras fuera de ella dispara sin remordimiento las balas, hinca las bayonetas y adopta todo lo necesario para conquistar pueblos no civilizados, pretextando que el inferior debe ceder el puesto al superior, ese pueblo no ha de ser capaz de comprender los deberes y principios finales de lo justo y de lo injusto. Enunciando, ora el código que conviene a su política interior, ora el conveniente a su política exterior, ese pueblo no puede albergar en su cerebro un orden coherente de ideas éticas. Spencer, citado por Cimbali. Joseph Mc. Cabe dice que los americanos del Norte carecen de política externa, es decir, que sus relaciones exteriores no se basan en principios fijos.
QUINTILIANO Hay que repetir constantemente las cosas verdaderas, porque sin cesar, el error renueva a nuestro alrededor sus predicaciones, y tiene por or ganos, no a simples individuos, sino a las masas.
GOETHE ODIO ENVIDIA Cuando ciertas gentes se encaraman a lo que ellas, en su ingenuidad, creen laurel, se imaginan que el odio y la envidia los acechan desde abajo. Les bastaria, para convencerse de lo contrario, un ligero examen de conciencia hecho con toda sinceridad. Su fisico no es el de Apolo; su inteligencia, no más alta que la de la mayoria de sus coterráneos; su ilustración, ni tan extensa ni tan profunda que pueda asombrar a nadie; sus versos, tal cual, pero no son poesias; su prosa inferior a sus versos; su labor, mal estadiada, peor practicada y, por tanto, estéril; su carácter lo que da relieve positivo al hombre siempre orillando la verdad y la justicia, pero yendo invariablemente al fondo del provecho propio. Hay algo que envidiar en todo eso. Hay algo que pueda inspirar odio?
HEFESTO 246 Delante de una medida administrativa, de muy poco o de nada sirve el averiguar si las intenciones o móviles del autor han sido buenos o malos: lo que conviene saber es si la medida es buena. Queréis ir derecho a la perdición? Volved la espalda a los principios que juzgasteis buenos en las horas de paz y de salud.
Los grandes también yerrán, y yerran grandemente. Por admirable que os parezca el vecino, no toméis su ejemplo cuando esté ebrio o exasperado. la guerra se llega por una serie de extravios mentales. En la guerra culminan dichos extravíos. Las matanzas de hombres son ciertamente muy aflictivas, pero lo son cientos de veces menos que el desconocimiento de los principios y el derrumbamiento de las instituciones, que constituyen lo que llamamos cultura o civilización. Una población se rehace en pocos años. Mucho más difícil de rehacer es el edificio cultural, obra del amor, a la luz de la razón.
247 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.