nistradas las unas por la lógica racional, y las otras por las lógicas afectivas y místicas.
Todas las escuelas filosóficas que conozco creen en el progreso. Que sea mucho el factor hombre, que sea poco o que sea nada (y decir esto último sería absurdo. las condiciones de existencia van mejorándose. El pesimismo es una enfermedad.
La «Nueva Sorbona» no dice otra cosa. Su. doctrina no consiste en considerar la erudición como un fin en sí, sino en reconocerla como el único medio sensato, en el siglo xx, de formarse una opinión personal sobre un determinado tema, y ella piensa que es opinión sin valor la que no se funda en dichas previas investigaciones. Repitámoslo: no hay en ello ni desprecio de las ideas generales ni desprecio de la belleza: hay simplemente prudencia y probidad intelectual.
No es el capricho de algunos pedantes lo que puede cambiar las condiciones del conocimiento en el mundo moderno. Gracias a los descubrimientos de la ciencia moderna, nos ha parecido posible estudiar el problema ante el cual había reculado Pascal. dice Le Bon. El más importante de estos descubrimientos es el de la existencia de varias lógicas: dos o tres de origen afectivo y una de origen racional. Las verdades a que ellas nos conducen no son, por consiguiente, reductibles entre sí. Hay que considerar tales lógicas, no como fuerzas capaces de combinarse en una resultante única, sino como fuerzas a las cuales obedecemos alternativamente y que pueden coexistir sin anularse, aun cuando sean contradictorias. Un ejemplo lo suministran las creencias ocultistas de ciertos sabios eminentes que dan prueba de severo espíritu de crítica en sus laboratorios de física, de química o de fisiología, mientras obran en contra de este mismo espíritu cuando se trata de fenómenos de espiritismo.
Los pueblos, según Le Bon, son regidos incoherentemente por sus opiniones y por sus creencias, sumiEl primero que ha escrito. La patria está allí donde uno es feliz. creo que fué Eurípides en su «Phaedon. pero el primer hombre que salió de su lugar natal para buscar en otra parte la felicidad, lo había dicho antes.
VOLTAIRE La igualdad ante la ley, del capitalista y del obrero, es la misma que la de dos luchadores, uno de los cuales tuviera las manos atadas, y comprometidos a las mismas condiciones de lucha.
TOLSTOI El Capital es sólo el resultado del Trabajo, y jamás hubiera existido aquél si antes no hubiese existido éste. El Trabajo es superior al Capital y merece mucha más alta consideración.
ABRAHAM LINCOLN 190 191 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.