lo que siempre sucede a la imbecilidad presuntuosa.
Pero esto se alarga demasiado, para explicar mi aparente contradicción de esta mañana.
VAL. FERRAZ 111 18.
nos»
sobre lo bello tiene lo sublime, para inmortalizar sus obras, me refería después con la cita de Horacio, nuestro amigo.
Ambos admiramos, en suma, la poesía inmortal por breve que sea, como la Oda sublime de Safo, y aun aquello, en menor escala, de «Ojos claros, sere y ambos sufrimos igualmente, si oímos recitar extravagancias; pero usted no aguanta mediocridad y yo tengo correa para todo tal vez por economía de pensarl.
Ahora me ocurre otra cosa, contra usted y contra el mismo Horacio. por qué, si hay profetas mayores y menores, no ha de haber poetas «menores y mayores. Lo malo será que el vulgo necio tome a cualquier Jonás por un Isaías. lo peor aún, sería que el propio mínimo coplero se tuviese por «altísimo poeta. a diferencia de Cervantes que, siendo el mayor poeta castellano, como autor del Quijote, dice en su Viaje del Parnaso: Yo que siempre trabajo y me desvelo. Por parecer que tengo de poeta La gracia que no quiso darme el Cielo.
Bien sé que, de algún tiempo acá, salió de España cierta moda contra su «mejor libro. pensando, acaso, los modistos en letras y filosofía, que nuestra «Biblia nacional» sólo es de gentes y cosas españolas, cuando, en realidad, se trata de lo universal humano. Que no lo creyó así su autor con hambre y sed de justicia en toda su vida mortal. Tampoco se creía poeta, ni soñaría en su gloriosa inmortalidad. Porque así suele suceder al genio, en vez de 178 Para tener una salud de hierro es necesario ser alegre, reir. La alegría, la risa es un verdadero ejercicio físico. La persona alegre tiene buena circulación, respira bien, sus nervios están equilibrados. La alegría acelera la fuerza vital y aumenta el calor fisiológico. No se dice que una persona alegre tiene buena sangre? Pues esta imagen expresa una verdad.
Se dirá tal vez. es mny bonito reir, es tan sabrosa la alegría; pero. la vida, los sufrimientos, el tedio. Sí, es cierto: la vida no es siempre gozar, la risa no siempre es cosa natural; pero si hay malos días, los hay también buenos; gocemos, pues, de ellos cuanto se pueda.
Un autor moralista ha dicho que es necesario apresurarse a reir bastante en todas ocasiones, por miedo a morir sin haber reído. Obedezcamos. Riamos, busquemos ocasiones de reir: nada vale una sesión de risa; ésto da la sensación de un baño, de una buena y vigorosa fricción.
No hagamos la vida más sombría de lo que es; escojamos lo mejor, y para esto ¿queréis saber como conseguirlo? Reformar nuestro carácter, desarraigar todas las malas inclinaciones, pendencias, maldades; tomar una resolución frente a todo lo que nos disguste; tener confianza en lo que nos agrada; en una palabra, tener buen carácter. RENARD.
179 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.