REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN DE LA MUJER IX CONDUCIRSE RACIONALMENTE ES SOMETER SUS TENDENCIAS PASIONALES UN RAZONAMIENTO LÓGICO. Acontece algunas veces que creemos ser muy razonables, cuando lo que en verdad hacemos es someter nuestras tendencias pasionales únicamente al razonamiento sentimental; subordinamos un sentimiento a otro. Dada su educación, las mujeres llegarán difícilmente a someterse a la disciplina del razonamiento lógico. El estudio de las matemáticas y de las ciencias naturales, les ayudará a conseguirlo, así como la observación desinteresada y voluntaria de la sociedad; pero insisto en que esta observación debe hacerse con simpatía: para comprender los seres es preciso mirarlos con un poco de indulgencia. La sentimentalidad deriva generalmente de un fondo de egoísmo; no sabe uno salir de sí mismo y lo colora todo según su «yo» reducido.
Haced, por ejemplo, esta experiencia: Preguntad a las mujeres qué piensan de la poligamia. Nueve entre diez os contestarán con gritos de protesta, de indignación, aun entre aquellas que por temperamento 162 estarían dispuestas a aceptarla bajo cierta forma. Decidles que reflexionen, apelad a lo que demuestran la historia y la etnografia a este respecto, demostrad que en más de un caso la poligamia se ha impuesto como una necesidad social, y apenas os querrán atender, y habréis ganado mucho si cesa su reprobación del principio, pero conservando una expresión de disgusto, de repulsión, que prueba que es más una emoción que una idea lo que habéis provocado en ellas.
En la mayor parte de las mujeres, tal vez en todas, la idea se presenta inextricablemente tejida con la emoción, y ésta ahoga a aquélla.
Creo que las mujeres que quisieran vivir como seres libres no averiguo ahora si tales seres existen. habiendo recibido la educación que nuestra sociedad da a las mujeres, educación que excita sobre todo su emotividad, que las hace desear más APARENTAR que ser de veras, que las hace querer ser compadeci das, dirigidas, ayudadas, más bien que ser responsables, ganarían mucho si buscaran la sociedad intelectual de los hombres. No es que la emotividad no esté desarrollada entre los hombres de nuestra época, sino que generalmente, en ellos, no se agita perdidamente, como en las mujeres, sin medios para descargarse. Cuántas aspiran al matrimonio y a la materni.
dad, tanto por necesidad de fijación como por instinto. Cuántas, entre las obreras de trabajos manuales, son literalmente devoradas por una inteligencia que trabaja en el vacío! Los cursos de universidades populares y todas las formas de enseñanza post escolar que les son accesibles no les sirven generalmente de mucho; les faltan los elementos de los conocimientos, y, lo 163 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.