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aún, porque las colinas están allí. Todo lo que hay que hacer es continuar, continuar el camino. No vaciléis. Tenemos que atravesar aún muchas estepas peligrosas; las cruzaremos. Tenemos tortuosos senderos que ascender entre peñas; los subiremos. La huella de nuestros pasos quedará manchada con sangre, pero llegaremos a la cúspide; y desde allí contemplaremos los fértiles valles y praderas del nuevo mundo, de ese mundo que tantos sacrificios hemos hecho por lograr.
Trozo del discurso de RIBOT en celebración del tercer aniversario de la batalla del Marne: Al mismo tiempo que se inclina ante estos recuerdos los de la batalla del Marne. que pertenecen al pasado y tienen la poesía de cosas ya lejanas, Francia se recoge y recuerda las grandes causas por las que combate desde hace tres años. Si se le pregunta por qué sostiene la lucha después de tantos sufrimientos, de duelos y de ruinas, no tiene reparo en contestar.
No combate para conquistar territorios o para violentar otros pueblos. No pretende sino recuperar lo que le pertenece: las provincias que le fueron arrancadas por un odioso abuso de fuerza. Que no se le pida que transija, sobre esta reivindicación: no podría hacerlo sino traicionando la causa del Derecho. Mal prefacio se pondría a una paz que se quiere fundar sobre el derecho de los pueblos al consagrar de nuevo la injusticia cometida hace cerca de medio siglo, contra la cual la conciencia de las poblaciones oprimidas, al mismo tiempo que la conciencia universal, no ha dejado de protestar. La restitución de Alsacia 148 Lorena a Francia no es una de esas cuestiones que se pueden dejar a discusiones de diplomáticos. Es la condición misma del establecimiento del derecho de las naciones que debe garantizar la paz de mañana contra nuevas violencias.
Si Francia reclama la reparación de las ruinas que se le han causado con la premeditación de una destrucción malvada, únicamente lo hace como campeón de la Justicia. No pide que se le imponga al agresor una pena, sino que se le obligue a reparar el mal que ha hecho. No es así como se debe plantear esta cuestión fuera de todo debate, y colocarla en el terreno del Derecho?
Francia se une al mundo civilizado para reivindicar las garantías de una paz que no sea tan sólo una simple tregua, sino un acuerdo perfecto fundado sobre el Derecho. En dónde encontrar estas garantías? El pueblo alemán debe comprender que depende de él solo dárnoslas, sacudiendo la tiranía nefasta del despotismo militar, que es para él una carga pesada y un peligro para el resto del mundo. Si rehusa convertirse en una democracia pacífica, sus intereses económicos corren el peligro de ser atacados por la liga común de defensa que los pueblos se verán forzados a organizar contra él. Quien quiere hacer pesar sobre el mundo la constante amenaza de una agresión, no puede quejarse que el mundo trate de protegerse con todas las armas de que pueda disponer.
Una nación no puede aislarse sin peligro mortal, y es condenarse al aislamiento el inquietar al mundo con la necesidad de una paz que será más imperiosa, después de una guerra semejante.
149 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.