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originalidad que hay en cada nación latina, al propio tiempo que se asemejan al tipo ideal común a todas ellas. De esta suerte se aplicará como divisa a los diferentes miembros de la familia latina la bella palabra del poeta: Facies non omnibus una Nec diversa tamen qualis decet esse sororum (No es un solo y mismo rostro; pero tampoco no son rostros diversos. Tienen el parecido que conviene a las hermanas. Discurso de don FRANCISCO GARCÍA CALDERÓM, Secretario de la Legación del Perú.
Al aceptar el gran honor de tomar la palabra en esta fiesta de la familia latina después de los maestros franceses del pensamiento y de la acción, olvido mi inferioridad para recordar que lazos antiguos y profundos unen el Perú, mi patria, a la Francia, para transportarme a ese vasto Continente en donde siempre hemos sostenido principios que son también los vuestros: el respeto a los tratados, la primacía del Derecho sobre la fuerza, el arbitraje y las justas reivindicaciones de los pueblos oprimidos.
Señores, la América latina era campo de lucha de todas las competencias financieras y de los imperialismos peligrosos. Rivales más audaces o más afortunados habían aventajado a Francia en el orden de las realidades económicas. Pero hé aquí que la hora del espíritu suena, sois atacados, invadidos, y una gran tristeza domina desde entonces ese mundo lejano; intelectuales, poetas, millonarios, se alistan en vuestros ejércitos. Vuestra Legión Extranjera se vuelve una aristocracia. Parten, abandonan el comercio próspero y la existencia tranquila, porque Francia puede sucumbir; Francia que representa el quijotismo eterno, el miraje sublime de la justicia pura, los sueños de esta juventud apasionada.
Nunca semejante amistad se ha visto sobre la tierra; nunca un tal conjunto de «afinidades electivas» ha florecido con más heroísmo y nobleza. Pronto vuestras victorias hacían estremecerse a nuestras ciudades severas y lejanas; La Paz, Quito, México, Guatemala, Lima, Caracas, rodeadas desde su cuna de la más dulce leyenda de elegancia y de belleza; las metrópolis suntuosas del Atlántico, Buenos Aires, Rio Janeiro; nuestras capitales atenienses, Bogotá, Montevideo, y la isla encantadora y romántica de Cuba.
Para explicar este entusiasmo basta recordar que nuestra historia se desarrolla paralelamente a la vuestra. También nosotros tenemos nuestros girondinos.
Vuestra Declaración de Derechos es traducida a la hora trágica de nuestra independencia. Bolívar medita el Contrato Social en los primeros años de su misión libertadora. Bilbao pide inspiraciones a Edgardo Quinet. Montalvo exalta la democracia cristiana de Lamartine. Cuando la disolución nos amenaza, Guizot será el maestro de nuestros conservadores angustiados. Augusto Comte da una religión a los hombres de Estado del Brasil que habían abandonado sus viejos dogmas. Un poeta de nuestra raza, Heredia, os trae nuestros «trofeos. Victor Hugo conquista entre nosotros un reino sin límite. Si queréis fundar en La Haya el arbitraje y la paz, Ruy Barbosa y Drago se unen a León Bourgeois. Suele sucedernos que adop82 83 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.