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poetas de Buenos Aires o de la Habana, los escritores de Santiago de Chile, los pensadores de Montevideo, recibieron los atentados de que fuimos víctimas, y con qué implacable lógica los juristas de allí condenaron el crimen incalificable.
Si Alemania hubiera hecho la guerra lealmente, habría logrado beneficiarse de circunstancias atenuantes, pero ante sus procedimientos, es lícito preguntarse, con José Rodó, si «la civilización occidental lleva verdaderamente en sí el principio moral superior capaz de preservarla de la ruina y la disolución. Este principio superior por esencia a todas las combinaciones y construcciones políticas de la fuerza brutal, domina desde lo alto la insolencia de las razas pretendidamente predestinadas y prepara la afirmación solemne de las fraternidades ideales. Ante la injusta agresión, Bélgica, cuyo pasado español no está completảmente muerto, se siente celtolatina y se inmola sin titubear sobre el altar del Honor. En el fondo de la conciencia iberoamericana hubo un despertar semejante, y el alto mérito de los escritores del Nuevo Mundo fué el aceptar de ser los intérpretes fieles de esta conciencia. Oh, la humanidad no fué completa!
ya lo sabemos, pero al menos los que conservaron sus simpatías por Alemania quedaron aislados. Es arriesgado pensar que, a veces, la voz de la sangre ha operado su milagro en nuestro favor? Placeme, cuanto a mí, pensar que algunos ferreteros de Lieja, entre los cuales puedo contar abuelos, descendieron antaño hacia Bilbao y Pamplona de España para propagar allí su industria, y me place encontrar uno de sus nombres, Laffineur o Laffinur, y su probable descendencia sobre los bordes del Plata, y evoco con insistencia la figura del poeta argentino Lafinur, que soñó forjar las almas como sus antepasados habían forjado el hierro. Caigo en error al buscar aquí la explicación de ciertas afinidades electivas? Para ser verdaderamente apto a la civilización, el hombre moderno no ha de ser un tipo de raza pura; su sensibilidad para ser avisada, debe participar de los dones de varias razas. Así es más capaz de comprensión y percibe con más claridad el peligro real que puede traer a la humanidad la hegemonía de una sola raza. En el crisol de América, los elementos humanos más diversos vienen a fundirse al amparo de un estatuto de libertad que el pensamiento francés permitió definir. Solamente en ciertos lugares Alemania intenta constituir núcleos refractarios, lo cual no puede ser tolerado si las Repúblicas de ultra Atlántico quieren proseguir en seguridad su desarollo autónomo. Por esto hay entre ellas y nosotros una solidaridad de aspiraciones que no puede ser abolida sin peligro de muerte para esas Repúblicas y para Francia. No hay que dejar creer que el árbol celtolatino, refugio de la Justicia, de la Libertad, de la Belleza, pueda sentir un día u otro agotarse la savia que crea los nuevos brotes de la primavera. LEVESQUE De La Revista Nueva, de Panamá En el cuaderno 65 reanudaremos la publicación de Reflecciones sobre educación de la mujer y Vida adentro.
28 29 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.