su nadas y frías. el maestro habla en lenguaje sencillo y cada niño habla su lenguaje natural; en vez de aprender definiciones y listas abrumadoras, se va tras de las cosas mismas. Si se sale de la escuela es para aprovechar mejor el tiempo. Se marcha el maestro al campo con caravana de discípulos: allí enseña, más bien parece que con ellos estudia Geografía, siguiendo el curso de un riachuelo, o Historia Natural en presencia de los insectos y las plantas. Va con ellos a una fábrica y allí los niños se dan cuenta del trabajo lección de Moral y advierten el progreso de las industrias lección de Física o de Química aplicada. Sale con ellos de paseo por la ciudad, y ante un edificio nacional, ante la estatua de un héroe, les da una sentida y eficaz lección de Historia Patria.
En cada una de las diferentes materias de instrucción elemental está encarnado este nuevo espíritu de la enseñanza, y en cada una de ellas se desarrolla armónicamente un programa acorde en todos sus detalles con la idea primordial. Instruir educando: esta es la fórmula. Se pasará siempre de lo sim ple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto, de lo conocido a lo desconocido. Nunca se dará el nombre de una cosa sin dar con él la inteligencia de la cosa.
La antítesis es completa entre este sistema y el antiguo, que es el que actualmente prepara a los jóvenes que van a los colegios superiores.
El nuevo sistema sacude la inteligencia, la despierta, la lleva a la acción, pone en movimiento todas sus facultades; no pretende hacer niños sabios, sino niños capaces, comprensivos. El niño podrá olvidar lo que ha aprendido, lo olvidará menos que cuando sólo lo memorizó sin comprenderlo. pero en el quedará la disciplina mental, la capacidad desarrollada, la facultad de encontrar lo que olvidó. Con este sistema va alegremente el niño a la escuela: lleva la alegría de saciar esa sed de curiosidad innata en él, que luego se traduce en hábitos de estudio, en amor a las cosas y a los libros. En cada nueva enseñanza hubo algo germinativo, y quedó el terreno preparado para una feliz gestación. Cada nuevo conocimiento echó seguras raíces en su cerebro, y uno y otro conocimiento se asociaron, se soldaron, dán dole a toda su contextura una unidad.
El sistema antiguo, el de uso corriente entre nos.
otros, toma el cerebro del niño como materia pa. Está bien que se hagan a un lado los libros de texto EN LAS ESCUELAS. Estos libros deben servir únicamente a los maestros, a los padres de familia y a todos los que estudian solos niños o viejos o bajo la remota influencia de un simple mentor. Esta última clase es mucho más importante de lo que se cree corrientemente. Hace afios que sali de la enseñanza escolar propiamente dicha; pero no he cesado de hacer el papel del mentor que aclara una frase de un libro o explica el sentido de una palabra. Son muchos los jóvenes, empleados en talleres o en casas de comercio, que necesitan que se les ayude de tiempo en tiempo en el estudio por ellos emprendido valientemente, a solas y sin pensar en exámenes, Lo que està muy mal, a mi juicio, en las escuelas propiamente dichas, es que los libros de texto sean reemplazados por los cuadernos de apuntes llevados por los niños. Estos cuadernos ofrecen todos los inconvenientes de los libros, más una multitud de otros peores. Las PALABRAS ORDENADAS Frtas son justamente las únicas palabras que deben ser retenidas.
LETRAS, revista mensual. Director, Vicente Me.
dina. Dirección, Presidente Roca, 1249, Rosario de Santa Fe (Rep. Argentina. Recomendable publicación por su selecto material. 32 páginas, 20 céntimos. De venta en la Libreria Falco Borrasé, 74. Avenida, Este, 42, San José.
361 360 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.