tor Guzmán, Presidente de la Comisión de Hacienda, quien ha dado pruebas de alta versación en cuestiones económicas y de un espíritu muy preparado para las investigaciones científicas en este ramo de la Filosofia (la Economía Política es de las ciencias morales de observación, la de más vastos alcances. analizan un poco más y presentan como argumento refulgente al Canadá, Escocia, Estados Unidos, etc.
Aunque está destinada a triunfar la pluralidad bancaria, ya prohijada por la más competente entidad que ha deliberado sobre estas materias en el país, EL CONGRESO DE CÁMARAS DE COMERCIO, bueno es consolidar la férrea argumentación del Senador Guzmán en su réplica a los Senadores Uribe y Ospina con los argumentos que hacen el epígrafe de éstas apuntaciones.
Demostrado está que la biología, en cuanto se relaciona con la especie humana, tiene limitada su acción dentro de los mismos linderos a donde alcanza la acción de las fuerzas económicas, y que el crecimiento, en consecuencia, de los pueblos, está absolutamente vinculado al desarrollo de la producción de géneros alimenticios, en primer término, por lo imprescindibles; es allá en esos límites, donde se confunden la biología y la Economía Política (y que esta ciencia conoce con el nombre de Miseria, simplemente, y la biología con el nombre de Miseria fisiológica. donde el filósofo, que para el caso se llama «hombre de Estado. debe estudiar la eficacia de los sistemas que la reglamentación legal, sabia unas veces, arbitraria otras, señala, para ampliar el circuito de vida normal y creciente de los pueblos.
El hombre de Estado estudia la naturaleza. La naturaleza protege excepcionalmente a los elementos débiles, abandona gradualmente a los fuertes. Por eso vemos cómo son sublimemente multiplicados los medios que ella tiene para la conservación de la especie el amor y millones de elementos germinales presiden a la formación de un solo individuo y la protección, que dentro del campo de la vida perceptible para el hombre, alcanza su máxima con el nombre de Madre, va decreciendo hasta el abandono absoluto que es la muerte.
No es pues dentro de la banca, el alto comercio, la grande industria donde perfectamente debe instadar su laboratorio científico el economista legislador, porque esos son elementos ya vitalizados que casi espontáneamente se desarrollan: es allá, en la cédula, donde la miseria consume los elementos de reproducción, donde el estadista y el legislador deben llevar todas las fuerzas protectoras que vitalicen los gérmenes próximos a perecer. Es la Chagra, el Cortijo, donde se inicia la producción; es la periferia de las grandes ciudades, cúmulo de la población incapaz, el objetivo de las miradas protectoras del economista.
Tomemos allá un circuito económico y estudiemos la evolución de la riqueza y del crédito sobre las dos bases fundamentales: Un poco de tierra, una colonia de individuos sin pan. Llega allá nuestro Senador Guzmán, verbigracia, con unas semillas de trigo, hortalizas, etc. e instrumentos de labor y da pan a esa colonia mientras viene la cosecha. Recibe ésta a cambio 330 331 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.