REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN DE LA MUJER VI El mundo de los libros ha sido abierto a las mujeres, pero el de la humanidad no; es por esto por lo que su manera de estudiar difiere de la de los hombres, y es menos buena que la de ellos. Un profesor de geografía que da los mismos cursos a hombres y mujeres en escuelas diferentes, me decía que las composiciones de las jóvenes eran siempre más largas que las de los muchachos y que estaban llenas de detalles superfluos a los que daban la misma importancia que a los hechos principales. No se puede decir sin embargo que sean menos inteligentes que los hombres: lo que sucede es que las manos que bordan se han convertido en espíritus que bordan.
Los viejos prejuicios de miles de años son tenaces, y creo por lo demás que no se les ha combatido realmente, no se ha hecho más que rodearlos. La educación y aun la instrucción de la mujer tienen siempre por base el sentimiento.
Remy de Gourmont en uno de sus estudios literarios sobre Baudelaire, hace la siguiente reflexión: Promenader littéraires, vol. I, pàg. 355.
306 «Baudelaire trata a la mujer como inferior porque en sus manifestaciones de amor no separa nunca el alma del cuerpo, el sentimiento de la sensación. Se puede, en efecto, encontrar en eso una debilidad; pero el día en que la mujer haya adquirido la fuerza de poder separar como el macho, el sentimiento y la sensación, se hará un ser de tal modo diferente del que conoce1 mos, que será necesario otro nombre para llamarla.
Lo cierto es que ahí está el precio de su libertad. Un poco caro, quizás. Sí, estoy convencida de que la libertad de la mujer se adquiere a este precio, pero no creo que sea caro, puesto que la dicha de la humanidad depende de ello. Parecerá extraño sin duda que una mujer apoye semejante proposición. Somos tan a menudo víctimas de palabras y convenciones!
El concepto actual que las mujeres tienen del amor, he aquí lo que es preciso atacar, he aquí la fuente de toda la sentimentalidad femenina! Pero la destrucción no es más que una fase de la transformación; para que haya renovación es preciso reconstruir al mismo tiempo.
Advirtamos, no obstante, desde ahora, que si la mujer con sų concepto sentimental de la vida, logra separar la sensación del sentimiento, en el amor, mucho mayof desorden pervertirá al mundo, mayores sufrimientos penetrarán en las masas; para que tal separación marque la aurora de la felicidad, es preciso que derive de un CONCEPTO LÓGICO de la vida.
Hasta el presente las mujeres no han visto que el enemigo se encuentra en ellas mismas; las más ardientes por la causa feminista, siendo generalmente apaasionadas e idealistas, son también las menos clarivi3307 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.