carían seguramente la confianza del público en el banco emisor y las oscilaciones de esa confianza, las que, a su vez, se traducirían numéricamente en el monto de la depreciación de los títulos. Cualquiera alteración en el equilibrio de esta balanza se refleja inmediatamente en forma de variación proporcional en la confianza pública. Voces imprudentes e imprevisoras, creen que un aumento de los billetes en circulación, aun sin garantía metálica, imprimiría gran vitalidad a los negocios; pero, como es fácil comprenderlo, esa animación no sería fisiológica, sino puramente patológica. De la carta respuesta del señor Presidente Meléndez. Dos son las piedras de toque de un banco de emisión: su circulación fiduciaria comparada con su encaje metálico, y el análisis de su cartera.
Los billetes de banco son pagarés a la presentación y circulan sin dificultad, reemplazando, con ventaja, la moneda metálica, cuando la confianza del público en la entidad emisora es sólida. Por poco que esta base se conmueva, el billete se deprecia, y se producen hondos trastornos y pánicos indescriptibles en el seno de la sociedad.
La segunda piedra de toque de un buen sistema bancario, consiste en la mayor o la menor facilidad de tener a su inmediata disposición las sumas necesarias para dar pronto cumplimiento a los compromisos contraídos. Los billetes están garantizados por monedas de metal o por lingotes. Los otros compromisos deben hallarse garantizados con créditos sanos y de corto plazo. Si las emisiones de billetes quedan justificadas con los efectos de comercio descontables, éstos deben ser de tal naturaleza, que su plazo no exceda de unos cuantos meses. Una cartera que consistiese sólo en créditos hipotecarios de plazo largo, pondría al banco en aprietos. La quinta esencia de la ciencia política, en la adopción de las instituciones políticas o económicas de otros países de diversos factores sociológicos y que han alcanzado un alto grado en la evolución, consiste en tener en cuenta las relaciones y modalidades concretas y particulares, que se derivan de la Historia específica del país en que han de funcionar. De la carta del Sr. Presidente Meléndez. Esta confianza debe tener, a su vez, un punto de apoyo real, y éste no puede ser otro que el de la garantía metálica rendida por el establecimiento, es decir, la cantidad de metálico que el banco tiene en sus sótanos para efectuar el cambio inmediato de sus billetes.
Puede decirse que existe correspondencia perfecta entre ese encaje metálico y la circulación fiduciaria. Es a manera de una balanza en uno de cuyos platillos se pusiera el metálico y en el otro los billetes. El equilibrio y las oscilaciones del fiel de esta balanza nos indi271 270 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.