Eironeia Para Eos podría imputárseme en este momento que vendo a las mujeres, que les tengo sana, que no veo más que una parte de lo que es, y la más fea, como se ha dicho también de los escritores naturalistas. Yo respondería que he visto mujeres sublimes, tantas o más que depravadas; mujeres sinceras, tantas como mentirosas; pero bajo la armonía, la fuerza moral de las unas, como bajo la astucia y la simple fuerza de carácter de las otras, descubro el germen devastador. Ni sobre las unas, ni sobre las otras, levantaría mi edificio; la misma causa las hace grandes o pérfidas: la sentimentalidad. Cambiad las circunstancias en las cuales actúan, y las manifestaciones se trasformarán, de manera que en poco tiempo lo que parecía blanco se volverá negro, y viceversa. Vender las mujeres! Es preciso quererlas mucho para hablar de ellas con esta severidad. Yo también soy mujer, y he participado de sus errores; es porque las compadezco, por lo que hablo, y porque sé que son inteligentes y capaces de algo mejor.
Se ha dicho que la mujer no podría hacer otra cosa que lo que hace que su carácter es debido a su fisiología. Demostraré, como ya lo he medio indicado, que es su educación lo que especialmente debemos tomar en cuenta y que es su ignorancia en todas formas, aun en las más instruídas, la que las ha convertido en víctimas. Nuestra educación es la manifestación clara del estado social en que vivimos. Cambiemos este estado social; una educación nueva se modelará sobre el concepto social nuevo, y una mujer nueva nacerá. Si queremos ayudar a la mujer y hacer triunfar sus reivindicaciones, no seamos feministas, seamos humanistas.
Está en griego también el título, pero los helenos de ahora pronuncian «ironía. y así suena en latín y en puro castellano, a diferencia de otros idiomas menos greco latinos.
Quien esto escribe no es filólogo ni etimólogo, ni tan siquiera pedagogo; mas el gran Diccionario etimológico de Roque Barcia le dice que dicha voz griega quiere decir «burla. y que hay, según los retóricos, siete formas de «ironía. u otros tantos modos de burlarse mutuamente, los hombres, y también las hembras, a su parecer.
Con todo eso, dicho sabio etimologista no dice lo de su paisano Monlau. por más que lo cite. y es que ironía, en griego cironèia, viene de eirón, burlón, y éste, de eiro, preguntar, o «yo progunto. porque los verbos griegos se nombran por la persona «yo» de indicativo presente. basta de pedantería gramatical, sólo que hemos de caer en otra, si se quiere; porque, sin más erudición histórica que la sacada del Ducoudray en la escuela primaria, sabemos todos que Sócrates solía encararse, en Atenas, o sus alrededores, con cualquier sabio del 175 174 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.