3 va La segunda conquista de Centro América Ya dió sus primeros pasos Quiqui Libe. Qué emoción!
En el nido de mis brazos, un cántaro hecho pedazos 60119mparece mi corazón. pnou sbnep9261 BILLO Junio de 1917. The state obice Rp vegas nomos 26 to share DESCUIDOS: El articulo Los Jesuitas y la Guerra pu sblicado en el 50, fué tomado de Revista de Revistas. de México. La notita subyacente es de Elias Jiménez Rojas.
tim ab sebi olan 20. La última frase de la pág. 92 del 951, debe leerse así: Esa misma critica hará quizá la comparación entre los conquistadores y colonizadores de otras razas en el norte, y los conquistadores y colonizadores en el norte mismo, en el centro y el sur de América y en otras regiones del globo, y en el balance final no serán precisamente aquéllos los que podrán mostrar, al lado de dolorosos e inevitables hechos inicuos de la conquista sombras del grandioso cuadro, soberbias y suntuosas catedrales, ricas y sabias universidades, famosos centros de artes y de industrias, puentes, caminos, calzadas y acueductos que, aun en ruinas, sorprenden por su grandeza, un Archivo de Indias fuente inapreciable y segura de información histórica, tryo más que todo y sobre todo, una pléyade de naciones ci2 Vilizadas, compuestas de pueblos de la raza indígena pura ny mezclada con la de los conquistadores, que conservan, en el vasto Continente y cultivan con amor, la triple unidad de la lengua castellana, de la fe religiosa y de las insstituciones políticas y civiles, elementos eficaces de una futura y poderosa federación de sells atab oma totsiabistvo 92 v T UT as dipinti 22 23ittigh aiul albanol EREMITA 1150 QUINI Es sabido que la América entera fué una Colonia de España y que su riqueza casi fabulosa despertó con furia la codicia de las otras naciones del Viejo Mundo. Ante la imposibilidad de ejercer una acción oficial, piratas como Drake, más tarde Almirante Drake, o como Morgan, más tarde Sir Henry Morgan, desembarcaron en las tierras americanas, asaltaron ciudades y fortalezas e interceptaron las riquezas que se transportaban a España.
Desde estos primeros tiempos se inició la idea de unir el Océano Atlántico con el Pacifico.
Mientras Colón se dirigia en busca de las Indias, los portugueses doblaban el Cabo de Buena Esperanza con iguales propósitos, y asi no es de extrañar que después del descubrimiento del Océano Pacifico, la idea de construir un canal interoceánico que uniera esos dos grandes mares fuera una obsesión de las grandes naciones del mundo.
Poco tiempo después de la muerte del Gran Almirante, el Emperador Carlos ordenaba a todos los Gobernadores Españoles de América que estudiaran un trazado de canal interoceánico. Balboa en 1513 se había ocupado del de Panamá; González en 1521 estudio el de Nicaragua; y Cortés en 1525 el de Tehuantepec. Sin embargo la idea, jamás abandonada, permaneció en gestación hasta después de la independencia americana. De todos los proyectos enunciados el que más llamó la atención desde un principio fué el de Tehuantepec, especialmente cuando en 1848 se descubrieron las ricas minas de plata de California y un mundo de especuladores se lanzó sobre ellas a través de este istmo; pero poco tiempo después las rutas por Nicaragua y Panamá se consideraron como definitivas y una formidable lucha de intereses se inició entre 151 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.